El crecimiento de la inflación en febrero llevó al Gobierno a preparar un rápido anuncio: la baja de tasas de importación para productos vinculados a la industria textil. El pasado mes, el rubro registró aumentos del 0,6%, mientras que la indumentaria subió un 1%, por debajo del 2,4% promedio. Es por eso que la Unión Industrial Argentina (UIA) sentó postura.
En ese marco, la cámara industrial planteó que "es preocupante que la agenda de integración comercial no esté acompañada de una agenda de competitividad dentro del país" y precisaron los distintos componentes del "costo argentino": presión fiscal, desequilibrios macroeconómicos y falta de créditos.
“La competencia frente a las importaciones de bienes finales, en especial de algunos países, se torna desigual y desleal”, sintetizaron.
Por su parte, también se conoció la posición de la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria (CIAI), desde donde señalaron que la medida llevará a “la destrucción de miles de puestos de trabajo y el quiebre de cientos de industrias”, por lo que calificaron a la decisión como un "industricidio".
En un comunicado, apuntaron que la medida “favorece la competencia desleal de productos importados, que ingresan a nuestro país a precios irrisorios debido al dólar barato y a los costos laborales e impositivos que enfrentan en los países asiáticos donde se fabrican”.