El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, anunció ayer, la expulsión del principal diplomático de Estados Unidos en Caracas, el encargado de negocios Todd Robinson, quien rechazó acusaciones de conspiración en su contra, un día después de que el gobierno de Donald Trump aprobara nuevas sanciones contra ese país. Este martes asumió un nuevo mandato.
"Rechazo la conspiración permanente. A Venezuela no la amenazan", sentenció Maduro a modo de explicación antes de anunciar la expulsión de Todd Robinson con un el mensaje a la nación que ofreció desde la sede del Consejo Nacional Electoral (CNE) en cadena nacional.
El presidente venezolanodeclaró al diplomático estadounidense persona non grata y le dio 48 horas para abandonar el país.
Apenas un rato después del anuncio de Maduro, Robinson respondió desde la ciudad venezolana de Mérida: "Nosotros rechazamos enérgicamente las acusaciones en nuestra contra y en contra de mi ministro consejero", dijo a los periodistas. Y se excusó de responder preguntas antes "el momento bastante delicado" de las relaciones bilatarales.
Luego de ser proclamado por el CNE como el ganador de las elecciones del domingo pasado y presidente hasta 2025, Maduro acusó a Robinson de participar en una conspiración militar, económica y política, y de haber "violado la ley internacional de manera descarada".
Dijo tener pruebas que presentará luego y aclaró que la Cancillería venezolana le había llamado la atención por estas acusaciones "más de 10 veces, en privado, en público, por escrito, de manera verbal".
Sin embargo, continuó el mandatario venezolano, Robinson continuó actuando de la misma manera y terminó siendo un "activo conspirador".
En ningún momento Maduro explicó de qué se trató la "conspiración" ni qué hizo específicamente el diplomático estadounidense.
Robinson llegó a la delegación estadounidense en Caracas hace menos de un año como el máximo representante de Estados Unidos en ese país, ya que Washington no tiene un embajador allí desde 2010, cuando el entonces presidente Hugo Chávez vetó la designación de la Casa Blanca.
Maduro anunció hoy su decisión no sólo tras ser proclamado presidente hasta 2025, sino también 24 horas después de que su par estadounidense afirmara un nuevo decreto con sanciones contra su gobierno.
Trump anunció que sancionará al gobierno venezolano si vende activos estatales, incluidos bonos de deuda pública y del gigante petrolero estatal Pdvsa.
Según el mandatario estadounidense, el objetivo es garantizar los bienes del Estado venezolano, por un lado, y limitar la capacidad de financiación del gobierno de Maduro en los mercados internacionales, por otro lado.
La declaración de persona no grata y de expulsión decidida por Caracas también alcanza al jefe de la sección política de la embajada norteamericana, Brian Naranjo, quien junto a Robinson deberán irse de Venezuela en 48 horas.
Estados Unidos, igual que numerosos países, no reconoció la victoria Maduro en las recientes votaciones, en las que no participó el grueso de la oposición local por considerarlas fraudulentas y que en cambio llamó a la abstención.
La proclamación formal este martes de Maduro como presidente para el periodo 2019-2025 por parte del Consejo Nacional Electoral le sirvió al mandatario para lanzar una jugada que lo muestre en una nueva etapa: anunció el inicio para mañana mismo de un diálogo con todos los sectores, esbozó la chance de un revisión de condenas para opositores y anunció la formación de una comisión para atender la crisis socio-económica.
"Voy a iniciar un ciclo de diálogo, conversaciones con todos los sectores políticos, económicos, comunicaciones, culturales del país", remarcó, en sintonía con la llamada a la "reconciliación nacional" que hizo el mismo domingo.
El mandatario le ordenó al vicepresidente Tareck el Aissami organizar jornadas "operativas" y "eficaces" y pidió a los Consejos Comunales, los representantes de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) y a las "organizaciones de base" llevar propuestas para solucionar los problemas del país.
Se declaró además abierto a recibir a "todos los partidos políticos", les solicitó "soluciones concretas", y dejó en claro que el Ejecutivo "tiene la capacidad metodológica para aterrizar las propuestas (sobre) el tipo de cambio, el sistema de precios, el sistema distributivo, los temas del servicio público".
El último intento de diálogo entre el Gobierno de Maduro y el antichavismo se suspendió a principios de febrero pasado cuando la oposición se negó a suscribir un acuerdo, después de semanas de conversaciones en República Dominicana, por considerar que no figuraban sus demandas.
El otro anuncio clave fue que pidió a la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), dominada completamente por el oficialismo, que revise los casos de opositores que están en prisión para concederles beneficios procesales, y caminar así hacia "un gobierno de reconciliación".
Maduro le habló directamente a la titular de la Comisión de la Verdad de la Asamblea, Delcy Rodríguez, para que con su "aprobación como jefe de Estado", analice "un conjunto de medidas de beneficios para sectores de la oposición que hayan incurrido en errores y problemas", aunque pidió que se excluya de esos beneficios a "asesinos".
"Podemos dar un conjunto de gestos que avancen a un proceso de reconciliación, de reencuentro, de perdón entre los venezolanos. Le pido que demos un paso audaz, gigantesco. Además, se lo pido, por favor", pidió.
Finalmente, informó que constituirá una comisión de asesores nacionales e internacionales para pedirles "ayuda" para resolver la crítica situación económica del país. "Que me colaboren en este esfuerzo central al que voy a dedicar mi vida", subrayó el mandatario.