Descontentos con la política de reajuste del gasóleo, unos 300.000 camioneros pararon en las cinco regiones del país el lunes. Al menos 17 estados y el Distrito Federal registraron protestas, organizadas por la Abcam (Asociación Brasileña de los Camioneros), que incluyeron bloqueos de carreteras. El colectivo representa a los conductores autónomos.
São Paulo y Minas Gerais fueron los estados más afectados. Petrobras anunció un nuevo aumento del diesel, que acumula en mayo un alta del 12,3%.
Ante la protesta de proporciones nacionales, el ministro de la Casa Civil, Eliseo Padilha, afirmó que el Gobierno busca soluciones para dar previsibilidad al precio de los combustibles.
Sin embargo, no quiso comentar la posibilidad alterar el cobro de impuestos, como sugirió el pasado viernes el ministro de Minas y Energía, Moreira Franco. Tampoco mencionó una modificación de política de precios de Petrobras.
El ministro de la Casa Civil dijo que el aumento es el resultado de una política internacional de precios que la estatal adoptó.
Padilha justificó las oscilaciones por el alza del dólar y del barril de petróleo, y dijo que el Gobierno ya ha concertado una reunión para el martes con dirigentes de la petrolera.
Una comisión en el Congreso y en el Senado debe ser formada para debatir el precio de los combustibles.
"En el nivel en el que se encuentra, impacta negativamente al día a día de los brasileños", según se lee en el comunicado firmado por los presidentes de las Cámaras. (Folha de San Paulo)