La medida se determinó tras un conclave de los 68 sacerdotes de la diócesis de Rancagua, que conoció denuncias de víctimas y medios locales sobre supuestos abusos sexuales y actos impropios cometidos por miembros del clero contra menores bajo una organización denominada "La Familia".
"Se han adoptado medidas pastorales como cautelares", dijo Gabriel Becerra, vicario general del obispado de Rancagua.
En un posterior comunicado, la diócesis de Rancagua informó que los antecedentes se entregaron a una fiscalía y que desde el punto de vista canónico se enviaron los antecedentes al Vaticano.
"Lamentamos profundamente cualquier acto o situación que atente contra los valores y principios que sustentan a nuestra Iglesia Católica y queremos manifestar nuestra solidaridad con las víctimas", dijo el comunicado.
El Gobierno chileno calificó de la máxima gravedad el nuevo caso que sacude a la iglesia, especialmente"por el voto de confianza que existe en la relación de un feligrés justamente con el sacerdote", dijo la portavoz, Cecilia Pérez.
La suspensión de los 14 sacerdotes de la diócesis de Rancagua se conoce luego de que el Papa Francisco llamó a los obispos de Chile al Vaticano la semana pasada, donde los acusó de "grave negligencia" al investigar denuncias de abusos sexuales contra menores y dijo que incluso habían destruido evidencias de los crímenes.
El Papa aún no ha dicho si aceptará alguna o todas las renuncias de los 34 obispos, una medida que determinaron los miembros del clero tras la cita con el Sumo Pontífice y que es algo inédito, ya que nunca todos los prelados católicos de un país habían ofrecido hacerse a un lado. (RTE)