Los socorristas que intentan rescatar a los 12 niños y a su entrenador atrapados en una gruta de Tailandia están intentando desviar los cursos de agua que entran en la cueva desde varios puntos, no todos aún descubiertos.
Mientras, los niños realizan prácticas bajo el agua con máscaras, en vista de su regreso a la superficie que requerirá períodos de inmersión y para lo cual no hay aún una estimación.
El grupo no sabe nadar y los equipos de socorro quieren que el agua en la gruta descienda lo más posible antes de iniciarlos operativos de rescate.
Los militares tailandeses y los rangers forestales desviaron desde el martes dos torrentes y están tratando de hacer lo mismo con otros.
Impedir el flujo del agua en la gruta será imposible dada la porosidad de la roca, pero la esperanza es que las desviaciones permitan una mayor elasticidad en las operaciones de socorro en el caso de que vuelva a llover.
Nuevas lluvias están previstas para este fin de semana en la zona, lo que haría inútiles los esfuerzos de bombear el agua en el exterior de la gruta.