¿Cómo influye el uso de los medios de transporte en la salud de la ciudadanía? Un estudio liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por la Fundación Bancaria ”la Caixa”, concluye que la bicicleta es el medio de transporte que se asocia con más beneficios para la salud: mejor salud general autopercibida, mejor salud mental y una menor sensación de soledad.
La investigación, desarrollada en el marco del Proyecto europeo PASTA, se realizó en siete ciudades europeas –Amberes, Barcelona, Londres, Örebro, Roma, Viena y Zurich–. Más de 8.800 personas rellenaron un cuestionario inicial y, de estas, más de 3.500 realizó otro test final, con diferentes preguntas sobre transporte y salud: qué medios de transporte usaban y con qué frecuencia; y cómo percibían su estado de salud general.
Las preguntas sobre salud mental se enfocaron en conocer sus cuatro mayores dimensiones (ansiedad, depresión, pérdida de control emocional y bienestar psicológico), vitalidad (nivel de energía y fatiga) y percepción de estrés. También se preguntó sobre relaciones sociales, como la sensación de soledad y el contacto con familiares y/o amigos.
Los medios de transporte incluidos en el estudio fueron el automóvil, la motocicleta, el transporte público, la bicicleta eléctrica, la bicicleta y el desplazamiento a pie. Los efectos de todos ellos se estudiaron por separado y de manera combinada.
Las conclusiones, publicadas en la revista Environment International, indican que la bicicleta fue el transporte con mejores resultados en todos los análisis: se asoció con una mejor salud general autopercibida, mejor salud mental, mayor vitalidad y menos estrés autopercibido y sensación de soledad. A continuación, se sitúa el desplazamiento a pie, que se asoció con una buena salud general autopercibida, mayor vitalidad y mayor contacto con familiares y/o amigos.
“Hasta ahora los estudios realizados habían analizado los medios de transporte aisladamente o comparándolos entre ellos, y este es el primer trabajo que relaciona el uso de múltiples medios de transporte urbano con efectos para la salud, como la salud mental o contactos sociales”, explica Ione Ávila Palencia, investigadora de ISGlobal y primera autora de la publicación.
“De esta manera, podemos analizar los efectos de forma más realista puesto que hoy en día las personas que viven en ciudades tienden a utilizar más de un modo de transporte. Esto también nos ha permitido hacer más visible el efecto positivo de los desplazamientos a pie, que en estudios previos no era concluyente”, apunta la investigadora.
Análisis de otros medios de transporte
Además de la bicicleta y de los desplazamientos a pie, los resultados de los otros medios de transporte analizados no fueron del todo concluyentes. “El uso del coche y del transporte público se asociaron con una mala salud general autopercibida en el análisis de los modos por separado, pero este efecto desapareció al hacer el análisis combinado”, señala Ávila Palencia.
El coche también se asoció con menos sensación de soledad en todos los análisis. “Este resultado es muy probable que sea debido a que la población de estudio tiene un uso muy poco frecuente del coche y probablemente la mayor parte de viajes hechos con este modo de transporte sean con objetivos sociales, por ejemplo, visitar a un familiar o amigo”, argumenta.
“La similitud de las conclusiones en todas las ciudades estudiadas sugiere que el transporte activo, especialmente el uso de la bicicleta, debería fomentarse para mejorar la salud de la población y las interacciones sociales”, añade la investigadora, que apunta que el porcentaje de personas que se desplazan en bicicleta “sigue siendo bajo en las ciudades europeas, a excepción de países como Holanda y Dinamarca, por lo que existe un amplio margen para aumentar su uso”.
Por su parte, Mark Nieuwenhuijsen, coordinador del estudio y de la iniciativa de Planificación Urbana, Medio Ambiente y Salud de ISGlobal, destaca que “el transporte no solo es una cuestión de movilidad, sino también de salud pública y del bienestar de la población”.
Así, estos resultados indican una vez más que “es necesario un enfoque integrado de la planificación urbana y del transporte y de la salud pública para desarrollar políticas que promuevan el transporte activo, como por ejemplo la ampliación de carriles bici segregados en Barcelona que están convirtiendo la ciudad en un mejor entorno ciclista", subraya.
Otros estudios realizados en el marco del Proyecto PASTA también destacan los beneficios del uso de la bicicleta para la salud, como un menor índice de masa corporal, o como la ampliación de las redes de carriles bici en las ciudades europeas podrían envitar hasta 10.000 muertes.
Fuente: El Espectador.