Un diminuto meteorito bastó para causa una fuga de oxígeno en la nave Soyuz rusa, que se encuentra acoplada a la Estación Espacial Internacional (ISS). La emergencia evidencia los riesgos que implica el espacio exterior, aún para quienes están apenas a 408 km de la Tierra, orbitando a baja altura. La NASA aclaró que se trató de "microfisura" que no pondría en riesgo la vida de la tripulación "de la noche a la mañana". El agujero creado por el meteorito tiene dos milímetros de diámetro.
Pero en un comunicado difundido este jueves aseguraron que los astronautas aún están realizando trabajos de reparación por la fuga rastreada en el segmento ruso del complejo orbital. "Hemos tenido esta noche una situación de emergencia en la ISS: una fuga de oxígeno y una caída de la presión. Se han tomado medidas (...) y la tripulación estadounidense se ha congregado en el segmento ruso" declaró el director de Roskosmos, Dmitri Rogozin, citado por la agencia Ria Novosti. "Probablemente fue causada por el impacto de un micrometeorito", aseguró Rogozin.
La fuga fue detectada la noche del miércoles por los controladores de vuelo mientras la tripulación de la Expedición 56 dormía. Se determinó que no había peligro inmediato para la tripulación. Entonces, al horario habitual en el que despiertan, la primera tarea asignada fue la de trabajar con los controladores de vuelo en el Control de la Misión en Houston y en el Centro de Control de la Misión Rusa, en las afueras de Moscú, para localizar su origen.
El escape se corresponde con un agujero de unos dos milímetros de diámetro en el compartimento orbital, o sección superior, de la nave espacial Soyuz MS-09. Esa nave está unida al módulo Rassvet del segmento ruso y es una sección de la Soyuz que no regresa a la Tierra, esto es, que forma parte de la estación espacial.
La velocidad de pérdida de oxígeno se ralentizó en la mañana de ayer mediante la aplicación temporal de cinta "Kapton". Pero los controladores de vuelo están trabajando con la tripulación para desarrollar una reparación más integral y a largo plazo. Una vez que se completó la instalación del "parche", se realizaron verificaciones adicionales para descartar más fugas. Según informa la NASA, todos los sistemas de la Estación son estables. También la agencia espacial rusa Roskosmos anunció la fuga de oxígeno, y destacó que no representa un riesgo para la tripulación.
A bordo de la Soyuz, desde el 21 de marzo están los astronautas estadounidenses Drew Feustel y Richard Arnold y el cosmonauta ruso Oleg Artemiev. A ellos, el 8 de junio se sumaron el ruso Serguei Prokopiev, la estadounidense Serena Auñón-Chancellor y el alemán Alexander Gerst.
La estación espacial se halla en órbita a 408 km de altura sobre la Tierra. Su velocidad es de 7,66 km/s, una velocidad máxima de 27.600 km/h. Ha alcanzado unas dimensiones de 110 metros por 100 por 30. Lanzada el 20 de noviembre de 1998, funciona permanentemente tripulada. Esto se logra con la rotación de astronautas de las cinco agencias participantes: la NASA, la rusa Roskosmos, la Agencia Japonesa de Exploración Espacial, la Agencia Espacial Canadiense y la Agencia Espacial Europea (ESA). Es considerada como uno de los logros más grandes de la ingeniería.