El Sumo Pontífice visita el segundo país en su viaje de cuatro días por las repúblicas Bálticas, que se concluye el miércoles en Estonia. Tras la ceremonia de recibimiento oficial en la entrada del palacio presidencial de Riga, con honores militares y el sonido de los himnos nacionales, el pontífice mantuvo un diálogo en la residencia del jefe de Estado con el presidente Raimonds Vejonis.
"Al término de este encuentro iremos al Monumento de la Libertad, donde estarán presentes niños, jóvenes y familias. Ellos nos recuerdan que la 'maternidad' de Letonia encuentra eco en la capacidad de promover estrategias que sean verdaderamente eficaces y focalizadas sobre rostros concretos de estas familias, de estos ancianos, niños y jóvenes, más que sobre el primado de la economía sobre la vida", dijo el Papa en su discurso.
Según dijo el líder de la Iglesia católica la "maternidad" de Letonia se manifiesta también en la capacidad de "generar fuentes de trabajo para que nadie necesite desarraigarse por construir su futuro".
"El índice de desarrollo humano también se mide por la capacidad de crecer y multiplicarse. El desarrollo de las comunidades no se produce únicamente, y menos se mide, por la capacidad de bienes o recursos que se posean, sino por las ganas que se tenga de engendrar vida y crear futuro. Esto solo es posible en la medida que haya arraigo en el pasado, creatividad en el presente y confianza y esperanza en el mañana. Y se mide en la capacidad de entrega y de apuesta tal como las generaciones pasadas nos supieron testimoniar", enfatizó.
Al visitar la Catedral de Santiago, de la ciudad de Riga, Jorge Bergoglio dio un mensaje a un grupo de personas mayores, que lo escucharon atentamente. En ese marco, destacó que los presentes han enfrentado "el horror de la guerra, la represión política, la persecución y el exilio" y que frente a esas situaciones han sido "constantes" y han "perseverado en la fe".
"Ni el régimen nazi, ni el soviético apagó la fe en sus corazones y, en algunos de ustedes, incluso, no los hizo desistir de entregarse a la vida sacerdotal o religiosa, a ser catequistas, y a múltiples servicios eclesiales que ponían en riesgo la vida", sostuvo, y agregó que por eso los fieles "han combatido el buen combate y conservaron la fe".
"La paciencia supera la prueba de la Fe haciendo emerger obras perfectas. Nuestro obrar habrá sido perfecto en aquel entonces y deberá tener, en las nuevas circunstancias, a la perfección. Los que han ofrecido cuerpo y alma, que dieron la vida en pos de la libertad de la Patria muchas veces son relegados", advirtió en la catedral luterana de la capital de Letonia, en referencia a una carta del Apóstol Santiago.
"Aunque suene paradójico, hoy en nombre de la libertad los hombres libres someten a los ancianos a la soledad, al ostracismo, a la falta de recursos, la exclusión y hasta a la miseria. Si es así, el supuesto tren de la libertad y el progreso acaba teniendo en quienes lucharon por conquistar derechos su furgón de cola, en espectadores de una fiesta que es de otros. Son los honrados en homenajes pero olvidados en la vida cotidiana", expresó.
"El Apóstol Santiago nos invita a ser constantes, a no bajar los brazos en este camino del desarrollo bueno, la maduración espiritual y el crecimiento del amor son el mejor contrapeso en ante el mal. No cedan a la decepción, la tristeza, no pierdan la dulcera y menos aún la esperanza", remarcó.
Al citar el final de la misiva, el Papa recordó que hay que soportar y esperar pacientemente. "Los animo a que sean ustedes, en medio de la familias y la Patria, ejemplos de estas actitudes. Soportar y esperar, las dos llenas de paciencia.
Así, se continuará construyendo nuestros pueblos, luego de haber transitado mucho tiempo", aseveró, y exhortó a los lituanos y al mundo a ser "ser testimonio vivo de tesón en la adversidad", pero también "del don de profecía", el cual recuerda a las jóvenes generaciones que el cuidado y protección de los que nos antecedieron "es querido y valorado por Dios" y que clama a Dios cuando es "desoído".
"No hay que olvidar que son las raíces de un pueblo, de retoño, de jóvenes que deben florecer y dar frutos. Defiendan estas raíces, manténgalas vivas para que los niños y jóvenes se inserten allí, que ellos entiendan que lo que el árbol tiene de florido vive de lo que tiene sepultado", manifestó. (AFP)