Las marchas de apoyo, que reunieron a algunos miles de partidarios en Sao Paulo, Rio, Brasilia o Belo Horizonte, eran hasta el inicio de la tarde de menor dimensión que las del sábado, cuando cientos de miles de brasileñas salieron a las calles al grito de #EleNao ("Él no"), contra las declaraciones misóginas, racistas y homófobas de Bolsonaro.
El ambiente este domingo era muy diferente en la Avenida Paulista de Sao Paulo, donde se reunieron sus seguidores vestidos con camisas amarillas y verdes, los colores de la bandera nacional, y entonando consignas a favor de este excapitán del Ejército de 63 años.
Una nueva encuesta publicada el domingo le colocó, sin embargo, en un virtual empate técnico con el izquierdista Fernando Haddad, el candidato designado por el expresidente encarcelado Luiz Inácio Lula da Silva, con 28,2% de intenciones de voto para Bolsonaro y 25,2% para el postulante del Partido de los Trabajadores (PT).
En las simulaciones para la segunda vuelta, prevista para el 28 de octubre, Haddad vencería al candidato ultraderechista por 42,7% a 37,3%, según la misma encuesta de la Confederación Nacional de Transportes.
Horas antes de recibir el alta el viernes, Bolsonaro volvió a desatar la polémica al afirmar durante una entrevista en televisión que no aceptaría un resultado diferente a su elección.
Este domingo, sin embargo, matizó sus declaraciones en una conversación con el diario O Globo.
"Sé que no tengo nada que hacer [en caso de derrota,]. Lo que quise decir es que, por ejemplo, no llamaría a Fernando Haddad después para felicitarlo por una victoria", explicó. (AFP)