El cardenal había explicado en una carta a los sacerdotes de la archidiócesis de Washington ese mismo mes su decisión de pedir la renuncia al papa de nuevo, pues ya la había presentado en una primera ocasión hace tres años por motivos de edad.
El nombre de Wuerl había aparecido en decenas de ocasiones en el informe de Pensilvania, en el que se describieron más de 1.000 casos de abusos sobre menores por parte de 300 sacerdotes, por su mala gestión y encubrimiento cuando era obispo de Pittsburgh.
En la página web del arzobispado de Washington se publica la carta del pontífice en la que acepta su renuncia y en la que le agradece su petición para, de esta manera, “dejar claro la intención de poner el proyecto de Dios por delante, incluso de cualquier proyecto personal”.
“Usted tiene elementos suficientes para justificar sus acciones y distinguir entre lo que significa encubrir crímenes o no ocuparse de problemas o cometer algunos errores”, le dice Francisco al cardenal en su carta.
El papa también alaba la “nobleza” de Wuerl, que “lo ha llevado a no elegir esa defensa” y añade: “De esto, estoy orgulloso y gracias”. Wuerl se ha defendido siempre de esas acusaciones al asegurar que en cuanto supo de las denuncias se involucró de lleno. Francisco también pide al cardenal de 77 años de edad que permanezca como administrador de la archidiócesis hasta el nombramiento de su sucesor.
Por su parte, Wuerl se muestra “profundamente agradecido” y “profundamente conmovido por sus amables palabras de comprensión” en referencia a la carta del papa tras aceptar la renuncia. (EFE)