Al menos doce personas murieron en la madrugada de este lunes como consecuencia de las fuertes lluvias y graves inundaciones en el sur de Francia, donde han alcanzado un nivel sin precedentes desde 1891, causando daños impresionante.
El balance de víctimas de estas lluvias torrenciales, las más mortíferas en una década, ha fluctuado en las últimos horas y sigue siendo provisional.
De tarde se cifró en 12 muertos, ocho heridos y una persona desaparecida, había indicado a la AFP la prefectura del departamento Aude.
Una vez llegado al lugar, el primer ministro Édouard Philippe manifestó su "apoyo" a aquellos que "han sufrido un gran vuelco en su vida", y se comprometió a acelerar las gestiones para que las víctimas sean recompensados. (AFP)