Un equipo turco y otro saudita llevan a cabo las investigaciones oficiales sobre la desaparición el pasado 2 de octubre en Estambul del periodista crítico saudita Jamal Khashoggi, que se cree que fue brutalmente asesinado en el consulado saudita. Paralelamente, sin embargo, van saliendo a la luz detalles escabrosos de la muerte del escritor, que se filtran a medios árabes y estadounidenses y todavía no fueron confirmados oficialmente. Paralelamente, el secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, ofreció ayer ayuda a Turquía para esclarecer el caso del periodista disidente presuntamente asesinado. Tras un encuentro con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y su homólogo Mevlüt Cavusoglu, Pompeo también manifestó la preocupación de Estados Unidos por la desaparición de Khashoggi.
Según informaron Al Jazira y el portal especializado en Medio Oriente Middle East Eye (MEE) citando fuentes de seguridad turcas, Khashoggi fue descuartizado mientras todavía estaba vivo en el despacho del cónsul por el médico forense, Salah al Tubaigy, que viajó con un escuadrón de 15 sauditas que volaron a Turquía e ingresaron en el consulado el mismo día que desapareció el escritor el 2 de octubre. Estos medios hablan de la existencia de un audio en el que se oyen los últimos minutos de vida del periodista. Si bien los autoridades sauditas se plantean defender la hipótesis de que Khashoggi, exiliado desde 2017 y un crítico moderado con el régimen, murió en un interrogatorio que "salió mal", un testigo habría asegurado a los servicios turcos que el periodista fue llevado directamente al despacho del cónsul en medio de sus gritos desesperados.
Misteriosa grabación
El pasado 28 de septiembre, el periodista saudita entró en el consulado de su país en Estambul para solicitar un certificado de estado civil, necesario para contraer matrimonio. Las autoridades consulares le trataron correctamente —según relató su prometida turca, Hatice Cengiz—, pero lo instaron a volver la semana siguiente, cuando tendrían listo el documento. El día de la cita fue el 2 de octubre: a las 13.14, hora local. Las cámaras de seguridad fuera del consulado lo registran entrando a la legación. Y esa es la última prueba de Khashoggi con vida. Ese mismo día, en tres vuelos diferentes, llegaron a Estambul 15 sauditas pertenecientes a los servicios secretos, a las Fuerzas Armadas o ligados a la seguridad real, según información de la policía turca filtrada a los medios. Las cámaras captaron a parte de estos hombres entrando en el consulado una hora antes de la llegada de Khashoggi y saliendo en varios vehículos tres horas después, algunos con dirección a la residencia del cónsul saudita Mohammad Al Otaibi.
En palabras del diario turco Sabah, se trataba de un "equipo de ejecutores" que llegó a Estambul para matar a Khashoggi.
De hecho, fuentes turcas aseguraron a varios medios disponer de un documento de audio que demostraría cómo Khashoggi fue asesinado de forma salvaje. El rotativo turco Yeni Safak, de línea oficialista, es el único medio que, por el momento, asegura haber tenido acceso a dicha grabación. Siempre según la información de este periódico, dirigió la operación Salah Mohamed al Tubaigy, un experto forense de la dirección general de seguridad saudita. Khashoggi fue interrogado y, después, "se le cortaron los dedos de la mano" mientras aún estaba vivo, para ser finalmente "degollado". El cónsul saudita se quejó de lo que estaba sucediendo. "Hagan esto en otro lado. Me van a meter en problemas", afirma el rotativo que se le escucha decir. A lo que el forense responde: "Si quieres seguir vivo cuando regreses a Arabia Saudita, callate".
"Gritos horrendos"
"Se oyeron gritos horrendos", publica también Middle East Eye, un medio cercano a Qatar que cita a una fuente turca que habría escuchado la grabación. Los gritos habrían cesado cuando se le administró a Khashoggi algún tipo de narcótico. En total, Khashoggi habría aguantado con vida siete minutos de tortura. Después, el forense comenzó a desmembrar con un serrucho para huesos el cuerpo mientras escuchaba música con auriculares. "Cuando hago este trabajo, escucho música. Deberían hacerlo también", dice Tubaigy a los compañeros en la grabación, según MEE. "Khashoggi no fue interrogado antes de ser asesinado. Fue insultado, golpeado y luego asesinado en la oficina del cónsul, a quien se le pidió que se fuera para que Tubaigy pudiera cortar el cuerpo", dijo a la vez una fuente a Al Jazira.
Muchos se preguntan por qué Turquía no publica la grabación, ya que supondría una prueba definitiva del asesinato. La respuesta más plausible es que la grabación, si existe, fue hecha por cauces fuera de la legalidad, probablemente a través de micrófonos ocultos o utilizando algún empleado saudita como agente doble de los servicios secretos turcos.
Hasta la fecha, la monarquía saudita negó enérgicamente cualquier participación en la desaparición de Khashoggi si bien está dispuesta a admitir que fue asesinado y preparan una explicación avalada por Washington. Aseguran, además, que abandonó el consulado poco después de ingresar, pero su novia, que lo esperaba fuera, rechaza esta versión. Los investigadores sauditas no presentaron ninguna prueba para corroborarlo y medios estadounidenses aseguran que al menos once de los quince sauditas tienen relaciones con los servicios de la monarquía de su país. Tampoco ayuda que el día que desapareció el periodista las cámaras de seguridad de la legación dejaran de grabar.
El caso Khashoggi se ha convertido ya en una crisis en la que Riad, Washington y Ankara, principalmente, juegan sus cartas en un baile diplomático en el que alternan sonrisas ante las cámaras con advertencias y presiones fuera de los focos. El asunto amenaza también con dañar la reputación del príncipe heredero Mohamed bin Salmán, hombre fuerte de la monarquía saudita, quien ya sorteó otras polémicas por la represión de la disidencia interna, la implicación en la devastadora guerra de Yemen o el bloqueo a Qatar.
Fuente: La Capital