Un joven de 22 años identificado como Francisco Alejandro Montenegro fue condenado a 12 años de prisión como autor del homicidio de Manuel Aurelio Lizoqui (de 58 años) cometido en 2016 en la ciudad de Santa Fe. Así lo resolvió por unanimidad por el tribunal integrado por los jueces Jorge Pegassano (presidente), Sandra Valenti y Héctor Candioti en el marco de un juicio oral y público que finalizó hoy en los tribunales de la capital provincial.
Montenegro, que es nieto de la mujer que era la pareja de la víctima, fue condenado como autor penalmente responsable del delito de homicidio calificado por el empleo de arma de fuego.
Testigo reticente
Los fiscales Cristina Ferraro y Gonzalo Iglesias habían solicitado 22 años de prisión, no obstante manifestaron su “satisfacción por la resolución de los magistrados” y adelantaron que “aguardaremos los fundamentos del fallo para analizar los pasos procesales a seguir”.
“Por unanimidad, el tribunal entendió que está comprobado con grado de certeza que Montenegro mató a Lizoqui con un disparo de arma de fuego”, señalaron los funcionarios del MPA. “No obstante, es prematuro hacer un análisis en profundidad porque aún no conocemos los fundamentos”, reiteraron.
Ferraro e Iglesias también hicieron hincapié en que “se trató de otro juicio oral y público en el que, nuevamente, hubo un testigo reticente a sostener la declaración que hizo durante la investigación. Más aún, debimos solicitar la suspensión del debate para que se hiciera una pericia caligráfica a raíz de que el testimonio que había prestado este testigo, fue negado por el mismo durante el debate oral”.
Consultados por la prensa acerca de una posible adicción al consumo de estupefacientes por parte de Montenegro, los fiscales indicaron que “ese fue un planteo que hizo la Defensa. No obstante, durante el debate logramos probar con grado de certeza que el condenado no es inimputable”.
Convivencia
Los funcionarios del MPA precisaron que el homicidio se produjo entre las 22:00 del jueves 24 de julio y los primeros minutos del viernes 25 de julio de 2016, en la entrada a un pasillo ubicado en calle Azcuénaga al 1600. “Lizoqui circulaba en moto por la vía pública y fue perseguido por Montenegro, quien –sin mediar palabra– le disparó con un arma de fuego de puño con la intención de causarle la muerte”, indicaron.
“El disparo impactó en la víctima y le provocó una herida en la zona del hemitórax izquierdo. Finalmente, falleció el sábado 26 de julio en el hospital Cullen”, añadieron los fiscales.
En relación al arma con la que se produjo el homicidio, los fiscales concluyeron que “se trata de una pistola calibre 9 milímetros que fue secuestrada días más tarde en poder de un hermano de Montenegro, que era menor de edad. Por tal motivo –concluyó la fiscal– también tomó intervención la Justicia de Menores”.
Ferraro e Iglesias recordaron que “el delito fue cometido por Montenegro con total desprecio por el vínculo afectivo de más de 10 años de convivencia que había generado su abuela con Lizoqui”. En tal sentido, agregaron que “el joven condenado vivía con la pareja bajo el mismo techo. Más aún, según relató la abuela de Montenegro, la relación que tenían era buena y Lizoqui mantenía económicamente a toda la familia”, refirieron.