Fue tras una larga disputa que comenzó con la decisión de su funcionario de recusarse en la investigación que dirige el FBI sobre un presunto complot entre el gobierno de Rusia y la campaña del magnate republicano para ganar las elecciones de 2016.
La destitución de Sessions, uno de los primeros dirigentes que se sumaron a la campaña presidencial de Trump, se concretó tras más de un año de ataques personales al fiscal general por dar vía libre a la investigación del llamado Rusiagate, que ya consiguió condenas y procesamientos de personas cercanas al presidente.
En tanto, Trump increpó a periodistas y volvió a acusar a la prensa tras las legislativas. Durante una conferencia de prensa, el mandatario volvió a referise a los medios de comunicación como "el enemigo del pueblo", minutos después de prometer trabajar por superar las divisiones en el país.
En un intercambio de una tirantez inusual transmitido en vivo, Trump calicó a un periodista de CNN de "muy maleducado", rechazó por "racista" una pregunta de una reportera negra, ordenó a otra periodista que se sentara y en un punto hasta se bajó del podio como si fuera a interrumpir la rueda por estar molesto con las preguntas.
El primer enfado de Trump ocurrió cuando el periodista Jim Acosta, de la cadena CNN, rebatió la caracterización del presidente de la caravana de migrantes que avanza por México hacia Estados Unidos como una "invasión" inminente.
“Honestamente, creo que usted debería dejarme dirigir el país...usted dirija CNN", respondió el presidente alzando su voz. Acosta intentó entonces continuar con otra pregunta sobre el Rusiagate, pero la paciencia de Trump, lo poco que le quedaba, ya estaba colmada.
"Ya es suciente, suciente. Dejá el micrófono... Te diré una cosa, la CNN debería estar avergonzada de sí misma por tenerte a ti trabajando para ellos. Eres un maleducado, una persona terrible", dijo el mandatario (Telam)