Estados Unidos se retira hoy de manera definitiva del Tratado de Fuerzas Nucleares de alcance intermedio (INF) firmado en 1987 ante las protestas de Rusia. Los países de la Otán han lamentado que Rusia no haya dado "ningún paso" para demostrar que cumple "plenamente" el INF. Tanto Washington como la Otán afirman que Rusia ha violado el INF y le reclaman retirar un sistema de misiles. El trasfondo del conflicto es el retorno de la Guerra Fría que se ha ido desarrollando desde que Vladimir Putin recuperó a las fuerzas armadas rusas luego de la debacle de la Unión Soviética. EEUU y la Otán aprovecharon la caída de la URSS en 1991 para expandirse en Europa Oriental hasta el límite de Rusia.
Ayer, y cumpliendo promesas previas, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, suspendió a partir de hoy las obligaciones de EEUU bajo el INF de 1987. El proceso de retirada se completará en seis meses. Trump agregó que se retractará si percibe que Moscú vuelve a cumplir con los términos del acuerdo.
La administración estadounidense dio a principios de diciembre un plazo de 60 días a Rusia para cumplir el tratado tras denunciar su "violación material" con su misil de crucero SSC-8. El plazo vence hoy. "Los aliados lamentan que Rusia, en el marco de su patrón de comportamiento más amplio, sigue negando su violación del Tratado INF, rechaza dar ninguna repuesta creíble y no ha dado ningún paso demostrado para volver a su cumplimiento pleno y verificable", ha lamentado el Consejo del Atlántico Norte en un comunicado.
Los países de la Otán dejan claro que "apoyan plenamente" el paso que ha dado Estados Unidos "en respuesta a los riesgos significativos para la seguridad euroatlántica que plantean la probación producción y despliegue con subterfugios" de sus misiles crucero 9M729, algo que viola el tratado, e instan a Rusia a destruir "todos" estos sistemas de forma "verificable", "antes" de que Estados Unidos culmine su retirada en seis meses. "Rusia será el único responsable del fin de este tratado", avisan los socios de la Otán y reiteran su compromiso con el control de armas y de seguir reforzándolo "teniendo en cuenta el actual clima de seguridad".
El tratado INF fue firmado en 1987 por el presidente Ronald Reagan y Mijaíl Gorbachov, entonces secretario general del Partido Comunista de la Unión Soviética. Fue la primera medida de control de armas que prohibía toda una clase de armamento: los misiles crucero lanzados desde tierra con un alcance de entre 500 kilómetros (310 millas) y 5.500 kilómetros (3.400 millas). Moscú niega haberlo incumplido. Afirma que sus misiles crucero SSC-8 tienen un alcance menor al mínimo de 500 km, pero no niega que lleven armas nucleares.
Rusia ha estado presionando sobre el límite oriental de la Otán desde su invasión de Crimea en 2014 y luego con amenazas a las tres repúblicas bálticas, que son miembros de la Otán. Los misiles Iskander que instaló Moscú en 2015 en su enclave de Kalinigrado, al oeste de las repúblicas bálticas y junto a Polonia, también son de alcance limitado, de hasta 500 km, y también pueden llevar una cabeza nuclear. Ante esta serie de amenazas, Washington ha decidido dar por vencido el INF de 1987. Sin embargo, el verdadero conflicto no estaría en Europa, sino en Asia y el Pacífico. Es que China, la nueva superpotencia, está desarrollando a marchas forzadas su arsenal de misiles de alcance intermedio, con los que amenaza a Japón, Corea del Sur y las bases de EEUU en el área. China no está atada por ningún tratado de limitación del armamento estratégico, como sí lo están Rusia y Estados Unidos, incluso más allá del INF.
Fuente: La Capital