A través de un complejo sistema de ecuaciones Abraham Loeb, el director del Instituto de Astronomía de la Universidad de Harvard, quiere comprobar que no sólo no estamos solos en el universo, sino que es más que probable que en estos momentos “una nave espacial o parte de ella pueda estar volando más allá de la órbita de Júpiter”.
El astrónomo cree que es arrogante suponer que estamos solos en el universo, o incluso que somos una especie especial. A raíz de sus inusuales planteos científicos, hay actualmente cinco productoras cinematográficas interesadas en llevar su vida al cine.
Las ideas de Loeb, de 57 años, lleva más de 30 años dado clases en prestigiosas universidades, y tiene publicados cientos de artículos sobre la naturaleza de los agujeros negros y las galaxias primitivas, entre otros temas, lejos de cualquier sensacionalismo.
A finales de 2017, cuando astrónomos de Hawái detectaron un objeto interestelar, llegaron a la conclusión de que sólo podía proceder de una estrella. Lo bautizaron como Oumuamua, que en hawaiano significa explorador.
Sin embargo, Loeb y su colega Shmuel Bialy no opinaban lo mismo, y publicaron un artículo en el Astrophysical Journal, en el que afirmaban que Oumuamua “es una vela luminosa, flotando en el espacio interestelar como un escombro de un equipo tecnológico avanzado”.
La mayoría de los científicos creen que Oumuamua es una roca o un asteroide desprendido de una estrella en fusión hace cientos de millones de años, o un cometa helado que deambula por el vacío interestelar. En cambio Loeb cree se mueve demasiado rápido para ser una roca inerte, y que se aleja del sol como si algo la estuviera empujando desde atrás.
A pesar de ser gravemente criticado por sus colegas, Loeb insiste en su teoría. Aunque asegura que no se puede afirmar categóricamente que Oumuamua sea alienígena, difícilmente se pueda pensar en otra cosa: “Mucha gente esperaba que una vez que hubiera toda esta publicidad, me echaría atrás. Si alguien me muestra pruebas de lo contrario, inmediatamente retrocederé”, aseguró el científico a The Washington Post.
Loeb empezó su carrera universitaria en Princeton, en el mismo departamento en el estuvo Albert Einstein, presume de que Steven Hawking cenó una noche en su casa, y de que Steven Spielberg le pidió consejo para una película.
A Loeb no le importa que su visión del universo le cause problemas. “Lo peor que me puede pasar es que me liberen de mis tareas administrativas, y eso me dará aún más tiempo para centrarme en la ciencia”, dice Loeb, que asegura que “todos los títulos que tengo, puedo devolverlos. De hecho, puedo volver a la granja”.
Fuente: Planeta Vivo