"Sí, pienso que hay culpa de ambas partes", dijo el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Al hablar sobre la violencia racista en Charlottesville dijo que venía tanto de los grupos de extrema derecha como de los militantes antiracistas. Y aunque condenó a los nacionalistas blancos y neonazis, dijo que "había gente buena" en ambos lados.
Sus afirmaciones contradicen la solemne declaración que dio el lunes en la Casa Blanca, en la que denunció, tarde pero claramente, la inaceptable "violencia racista".
Una mujer de 32 años murió en Charlottesville cuando un simpatizante neonazi de 20 años, James Fields, embistió intencionalmente con su vehículo a los manifestantes antirracistas.
"¿Qué decir de la 'izquierda alt' que atacó a la 'derecha alt' (término que designa a la derecha alternativa) como dicen ustedes? ¿No tienen ellos una parte de la responsabilidad? ¿Tienen un problema? Yo pienso que sí", dijo Trump.
"Muchos en este grupo no eran ni neonazis ni nacionalistas blancos, ¿ok? Y la prensa los trató de manera absolutamente injusta. Eran personas que protestaban tranquilamente contra el retiro de la estatua del general Lee", agregó el mandatario.
Trump hizo un paralelo entre Lee, jefe militar de los Estados esclavistas, y los fundadores de Estados Unidos, Thomas Jefferson y George Washington, que tenían esclavos. ¿También hay que sacar sus estatuas?, preguntó.
Palabras saludadas por un ex jefe del Ku Klux Klan, David Duke, pero que suscitaron la indignación incluso entre los Republicanos.
"La supremacía blanca es repugnante, no puede haber ambigüedad moral", tuiteó el líder republicano en la Cámara baja, Paul Ryan.
Fuente: Reuters