Las chilenas debieron esperar casi tres décadas para reconquistar el derecho a elegir si interrumpen sus embarazos en caso de que su vida esté en peligro, inviabilidad fetal y violación. En un histórico fallo que ha sido seguido y esperado tanto por las autoridades y como por la ciudadanía, el Tribunal Constitucional rechazó este lunes los requerimientos de la oposición de derecha que pretendían paralizar uno de los proyectos de mayor simbolismo del segundo Gobierno de Michelle Bachelet (2014-2018). Aprobado a comienzpos de este mes por el Congreso, los diez ministros del organismo determinaron por seis votos contra cuatro que la iniciativa no vulnera la Constitución. "Hoy han ganado las mujeres, ha ganado la democracia, ha ganado Chile", señaló Bachelet, desde el Palacio de La Moneda, arropada por su ministra portavoz de la Mujer y de Salud.
El proyecto de ley, que queda listo para ser promulgado por la presidenta, representa un paso fundamental para las mujeres chilenas. Junto con Nicaragua, República Dominicana, El Salvador, Haití, Malta y Honduras, Chile conformaba el grupo de siete países del mundo que prohíben las interrupciones del embarazo en todos los supuestos. Estaban penalizadas desde 1989, cuando la dictadura de Augusto Pinochet dictaminó que no podría ejecutarse ninguna acción cuyo fin sea provocar un aborto. Desde la llegada de la democracia, en 1990, una de las mayores luchas de los movimientos feministas ha sido cambiar la legislación. Por la oposición de la Iglesia católica y de los grupos conservadores de la derecha y del centroizquierda, sin embargo, en 28 años no fue posible. Hasta ahora no había existido voluntad ni condiciones políticas.