"Viajar es un suplicio, demoro más esperando que cursando en la facultad", dijo un apesadumbrado estudiante de comunicación social de la Universidad Nacional de Entre Ríos, que ayer pasado el mediodía hacía una larga cola para poder subirse a un micro de una de las empresas que unen las capitales de Santa Fe y Entre Ríos.
La historia vuelve a repetirse a pesar de todas las intervenciones de las áreas de transporte provinciales, Defensoría del Pueblo y denuncias antes la Comisión Nacional del Transporte que meses atrás fueron realizadas.
Las prolongadas esperas se observan tanto en las terminales de micros de Santa Fe, de Paraná, como así también en paradas intermedias de ese recorrido.
"Mi hija puede hasta desaprobar la materia si llega tarde", se quejó una mamá paranaense al advertir por la problemática del transporte interurbano.
La situación no es nueva y se repite todas las semanas, fundamentalmente en horarios pico de la mañana cuando cientos de estudiantes y trabajadores se trasladan hasta la vecina capital.