La principal economía relacionada con Argentina es la economía de Brasil. Si la economía brasilera se expande, puede significar un impulso a su demanda de productos argentinos, pero si disminuye Brasil su actividad económica, eso se traduce en menores ventas nuestras a dicho país y una presión del mismo por encontrar mercado para sus productos en sus socios comerciales ante la caída de su demanda interna.
Esas consecuencias deben ser tenidas en cuenta para ver su posible impacto en la economía local. Por ello, he construido el siguiente cuadro de indicadores de la economía brasilera desde la asunción de su nuevo gobierno conducido por Jair Bolsonaro, a partir del 1 de enero de 2019.
Crecimiento de precios al consumidor: desde enero a abril de 2018 0,91% y desde enero a abril de 2019 2,08%.
Evolución del volumen de ventas: comparando abril de 2019 con igual mes del año anterior se observa una disminución del 4,44%.
Nivel de actividad: comparando el indicador de actividad de marzo de 2018 y marzo de 2019 se observa una caída interanual de 1,96%.
Reservas internacionales: entre diciembre de 2018 y abril de 2019 las reservas internacionales de Brasil se incrementaron un 2,42%.
Balanza comercial: la comparación interanual marzo 2018-marzo 2019 indica una disminución del 26,77% en su saldo comercial.
El conjunto de indicadores detallados muestra desempeños negativos con la excepción de las reservas internacionales.
Esto nos estaría mostrando una caída general del nivel de actividad en producción y ventas, con una leve aceleración de los precios al consumidor que han crecido en cuatro meses un 2,08%, mientras para todo el año se ha decretado un aumento de solo el 4,61% para los salarios, por lo que sería difícil encontrar un crecimiento de demanda para los próximos meses.
Todo ello pone de manifiesto que la continuidad del programa neoliberal en el país vecino no podrá ayudar en nada a la economía de Argentina, más bien, su tendencia tendría que ser de disminución de demanda de productos nacionales.