La ceremonia, que en esta ocasión fue presidida por el cardenal Baldassare Reina —delegado del Papa y vicario de Roma—, se centró en las catorce estaciones que describen la Pasión de Cristo, cada una acompañada por pensamientos escritos por Francisco, oraciones y evocaciones del sufrimiento humano actual.
Durante las 14 estaciones en las que se describe la Pasión de Cristo, Francisco reflexiona sobre el momento actual del mundo, escribe una oración y reza "para desafiar una economía que mata" y "por los que están en las fronteras y sienten que su viaje ha terminado".
En sus palabras, el Papa propone "abrazar la economía de Dios, que no mata, no descarta, no aplasta. Es humilde, fiel a la tierra", y concluye con una visión de esperanza: "En el camino de la cruz nuestro rostro, como el tuyo, puede volverse finalmente resplandeciente y derramar bendiciones".
Aunque no participó en el Vía Crucis, el Papa Francisco mantuvo su actividad durante la Semana Santa. El Jueves Santo visitó la cárcel de Regina Coeli, en el barrio de Trastevere donde estuvo con 70 presos.