Uno de los ejes centrales de las políticas económicas implementadas desde el año 2015 fueron la liberación del dólar y la desregulación en materia de precios, mientras se reformó la fórmula de cálculo de los haberes jubilatorios.

La combinación de estas medidas han producido un importante deterioro en la capacidad adquisitiva de los jubilados en general, pero, particularmente, respecto de la compra de medicamentos.

La megadevaluación instrumentada por el Gobierno apenas asumió su mandato en 2015, y la última devaluación a finales de 2018, provocaron una remarcación de precios de medicamentos, puesto que el precio del dólar siempre tiene un efecto directo sobre el precio de los fármacos en la medida que el Gobierno tiene como política principal no interferir en la fijación de precios, dejando que el mercado (en este caso los laboratorios) ajuste libremente los precios.  

Por otra parte, el cambio de fórmula de ajustes de las jubilaciones implementado en la actual gestión del Gobierno nacional, implicó un continuo deterioro del poder adquisitivo de los jubilados.

El cuadro anterior está elaborado en base a datos del Centro de Estudios Políticos para Personas Mayores, la Asociación Latinoamericana de gerontología Comunitaria, CEPA y PAMI. Este gráfico nos muestra el incremento de medicamentos por monodrogas, tomando siempre como referencia el mismo nombre comercial para poder comparar entre dos períodos de tiempo, medicamentos que se utilizan cotidianamente en tratamientos médicos de personas mayores de 60 años; también se expone en dicho cuadro el incremento ocurrido en la jubilación mínima entre mayo de 2015 y mayo de 2019 (columna en verde), para poder apreciar el impacto de las políticas gubernamentales.

Podemos apreciar que mientras la jubilación mínima creció un 172%, 19 medicamentos han elevado su precio por encima del 200 % y muchos de ellos superan el 300%, hasta alcanzar incrementos del 788%, estando solamente dos medicamentos por debajo del incremento en las jubilaciones.

El cuadro expresa claramente el perjuicio de las políticas económicas para los ingresos y posibilidades de acceso a medicamentos por parte de los jubilados.

Esto demuestra claramente que las políticas económicas y sociales no son neutras y que marcan una clara diferencia entre ganadores y perdedores, y cada política elige quien gana y quien pierde, después generalmente vienen los justificativos y promesas de una recompensación, en un futuro que generalmente es muy lejano para los intereses de los asalariados y jubilados, bajo la indiferencia de las políticas neoliberales.