Conocer a alguien. Enamorarse. Formar una pareja. Tener un hijo. Esa secuencia, que durante décadas impuso nuestra forma de relacionarnos, hoy se está poniendo en duda. De la mano de las nuevos modelos de familia, la coparentalidad es una opción que cada vez más argentinos tienen en cuenta.
El tema se impuso cuando el periodista Luis Novaresio lo mencionó como una alternativa para cumplir su deseo de tener un hijo. "Hay un montón de opciones. Conocí hace muy poco la coparentalidad, no sabía que existía. En España es muy común", dijo en la mesa del programa Podemos Hablar.
La coparentalidad consiste en que un hombre que desea ser padre y una mujer que busca lo mismo (y que no son pareja) se pongan de acuerdo para tener un bebé juntos. Se hacen una inseminación artificial o tienen relaciones sexuales, y luego la mujer transita el embarazo.
Cuando nace el hijo, organizan la crianza de manera similar a las parejas divorciadas. Por ejemplo, se dividen los días de cuidado y el nene tiene una habitación en la casa de mamá y otra en la de papá. Los padres no tienen una relación afectiva ni sexual. Pero, para que funcione, el vínculo debe estar basado en el respeto y la responsabilidad.
En la búsqueda de un aliado, la tecnología es de gran ayuda. Existen varios sitios web -como si fueran una especie de "Tinder"- que sirven para conectar a las partes interesadas. Uno de ellos es Co-padres.net, donde hay 668 argentinos que están registrados para buscar una coparentalidad.
"Quisiera ser madre y compartir la paternidad con otra persona dispuesta a lo mismo", postea Angie de Villa Adelina. "Tengo 44 años, alto, morocho. Con ganas de ser padre soltero", escribe Marcos de Monte Grande. "Es la primera vez que me animo a buscar a través de Internet una persona, no es lo mío, pero tengo mucho deseo de ser madre", comparte una mendocina llamada Paola.
Otro sitio parecido es Coparentalys.com, que el año pasado lanzó una versión en español, donde hay más de 500 miembros de nuestro país. "Tenemos buenas razones para pensar que el 2020 traerá algunos nacimientos en Argentina", pronostica su creador, Frédéric Bianco.
Bianco describe cuatro razones para usar este método.
"Es un tema que está empezando a circular en las nuevas generaciones. Creo que hay una fobia al amor, a constituir relaciones estables. Pero no renuncian al deseo de constituirse como padres", opina Alejandra Libenson, psicóloga especialista en vínculos familiares, pareja y fertilidad.
"No es ni bueno ni malo, simplemente es una nueva forma de vincularse con un propósito, que es el deseo de tener un hijo", continúa Libenson. Ante la consulta de si es algo saludable para los niños, responde que "la coparentalidad está más cerca del amor que de la violencia", en contraposición a las parejas "normalmente constituidas" donde puede haber traición, abandono, odio.
Para Sergio Kaier, esta es su "única alternativa" porque tiene 44 años y "no apareció nadie" en su vida. "Como se pasa el reloj biológico de las mujeres, el nuestro también", comenta. Antes de pensar en la coparentalidad, se anotó en el registro oficial para adoptar, "pero estando solo no te dan bolilla", señala.
"Busco una mamá para mi hijo. Una persona sana, alegre, que quiera compartir ser papás, sin vivir juntos. Yo en mi casa, ella en su casa. Me imagino como una pareja separada: el nene está con mamá y está con papá. Siempre con la mejor onda. No me enrollo tanto", dice Sergio.
¿Todo esto es legal? "Jurídicamente no está impedido, no hay ninguna ley que te lo impida", responde Marisa Herrera,abogada especialista en Derecho de Familia. "Los padres no siempre tienen que ser pareja. Jurídicamente hablando, el reconocimiento de la filiación no depende del afecto que se tengan los adultos. Son dos cuestiones distintas", concluye la abogada.
"Primero empecé con el amor libre"
"Lo mío fue un camino. Primero empecé con el tema del amor libre, a relacionarme de una manera diferente", cuenta Gabriela Santander. "Le conté esta decisión al chico con el que salía. Pero no estaba segura de seguir vinculándome con él sexoafectivamente, que es la forma de relacionarnos que tenemos los poliamorosos", continúa.
Esta vecina del barrio de Mataderos, de 40 años, trabaja como partera y ve nacimientos todo el tiempo. Quizás de ahí viene su deseo de tener un bebé y sumarlo a la familia que forma con su hija de 11 años, producto de una pareja "tradicional".
"Me separé del padre, y nunca volví a tener una pareja estable", comenta. Para tener otro hijo, su opción era la fertilización y tenerlo sola. "Pero yo quiero un padre biológico, que esté presente", diferencia.
Hasta que una amiga le contó sobre el sitio Coparentalys. Se anotó, aclarando que busca un padre que se haga responsable. "Incluso, está la opción de elegir que esa persona sea gay. Me parece que sería lo más viable. Porque si no, alguno de los dos se puede confundir e intentar algo más", apunta.
Dice que esta opción es "más sana" que otras alternativas. "Los hijos suelen venir a consecuencia de una relación amorosa. Pero cuando ese vínculo de pareja se frustra, quedan a la deriva. En cambio, con la coparentalidad, la finalidad de la relación seria la crianza de un hijo feliz", concluye Gabriela.
Fuente: Vanesa López / Clarín.com