Veinticinco días después de la creación del fútbol profesional en Buenos Aires y alrededores, la Liga Santafesina nació con el mismo objetivo. El 20 de julio de 1931 se inició el primer torneo rentado con la participación de Unión, Gimnasia de Ciudadela, Brown, Colón, Atlético de Rafaela y Ferrocarril Santa Fe. Gimnasia fue el vencedor del primer torneo, en el que Unión y Colón disputaron sus dos primeros encuentros encuadrados en el profesionalismo y ambos ocuparon el tercer puesto por detrás de Brown, el subcampeón.
En ese primer torneo profesional, el 9 de agosto se midieron en la cancha de Unión y el partido tuvo un desarrollo curioso. Colón ganaba 2-0 gracias a un tiro libre de Rodolfo Prat y un remate de Emilio Sánchez, pero el descuento de Alberto Chividini puso el partido 1-2 y el local se lanzó a buscar el empate. A los 23m de la segunda parte, el árbitro Rogelio Loria cobró penal al sancionar una mano del defensor colonista Juan Clementi. Los jugadores de Colón protestaron largamente, sus hinchas provocaron incidentes y el partido no pudo continuar.
Tres días más tarde, la Liga Santafesina decidió darle por perdido el partido a Colón y penó con suspensiones a los jugadores Emilio Sánchez y Antonio Rivarola de Colón, Ángel Napoleoni y Agustín Corti de Unión. En el caso de Rivarola y Corti porque eran los capitanes y los supuestos responsables del comportamiento de sus compañeros. El ídolo rojinegro Rivarola sufre un ataque de nervios por la decisión del juez. Colón avisó que no seguiría jugando. La dirigencia de Colón amenazó a la Liga Santafesina con retirar todos sus equipos y abandonar la flamante competencia. Las presiones fueron enormes y finalmente, la misma Liga que le había quitado los puntos a Colón, resolvió que se jugase un nuevo partido.
El clásico se volvió a jugar el domingo 23 de agosto y Colón se impuso por 2-0 de visita, con goles que consiguieron Albino Martínez y Livio Miranda en la última media hora del partido, que fue controlado sin problemas por el juez Silvio Tocci. Los jugadores Emilio Sánchez, Napoleoni, Corti y Rivarola no fueron habilitados para disputarlo.
Desde allí hasta octubre de 1939 se midieron en 19 ocasiones, con 9 victorias de Unión, 5 de Colón y 5 empates. Justamente el último clásico se disputó en aquel mes y lo ganó Unión por 2-0, con tantos de Carlos Verga y de Juan Ulrich. Unión se consagró campeón y dejó de participar en el campeonato local. Fue el ciclo dentro de la Liga Santafesina incorporando al Torneo del Litoral que se disputó en 1939 en reemplazo de la competencia local. En la Liga, Unión ganó seis campeonatos y Colón apenas pudo festejar el campeonato en el torneo de 1937.
Cuando para 1939 la AFA resolvió invitar a los dos clubes más grandes de Rosario a jugar en el torneo de Primera División, se alzaron voces en la ciudad de Santa Fe pidiendo la misma cortesía con Unión y con Colón. En realidad, en aquel momento Unión tenía una importancia mayor y así lo entendió la dirigencia porteña, que también cursó el mismo pedido pero para instalar en la Segunda División al campeón de la liga santafesina de 1939. La autorización recién llegó a cuatro días del inicio del torneo a través del boletín 544 de la AFA.
Por esa razón, Unión ingresó en el ascenso porteño y bonaerense, en tanto que fueron los dirigentes de Colón los que movieron cielo y tierra para tener el mismo privilegio. Antes, tuvieron que aceptar las invitaciones a Central Córdoba de Rosario (1943), Argentino de Rosario (1944) y Tiro Federal de la misma ciudad (1944), que se fueron incorporando a la segunda división. Recién en 1948 le permitieron a Colón jugar donde estaba actuando Unión y el clásico de la ciudad capital de la provincia volvió a disputarse tras ocho años de ausencia. La Liga Santafesina desapareció en 1940 y nació la Federación Santafesina de Fútbol. La llegada de Unión a Primera B tuvo que ver.
El primer partido oficial encuadrado en los torneos directos de AFA (porque en realidad lo que se llama “fútbol argentino” es la suma de campeonatos que ocurren en la ciudad de Buenos Aires y su zona suburbana) se disputó el 1° de agosto de 1948 y lo ganó Colón en su estadio inaugurado en 1946 por 1-0, gracias a un tiro libre esquinado que impulsó Salomón Elías, su insider izquierdo y cuyo remate el arquero Canteros no pudo atrapar. El gol fue madrugador, porque apenas iban cinco minutos del primer tiempo y antes que finalizara la primera parte el propio Elías y el defensor Ogas fueron expulsados por el juez Padrón. No hubo alteraciones y Colón ganó el primer clásico.
En la revancha jugada en campo de Unión el 23 de octubre, empataron en un gol, tras un partido que tuvo muchas polémicas en la semana anterior a su realización. Unión tenía que ganar para ingresar en la zona que definiría el campeonato, mientras que Colón ya lo había obtenido. La AFA designó al referí inglés Harry Hartles y envió veedores para constatar la tarea del árbitro y sus colaboradores. Juan Carlos Bruzzone abrió el marcador para los tatengues al inicio del partido y cuando faltaban poco más de diez minutos para el final, José Canteli hizo el empate, al ejecutar un penal que Ángel Rocha no pudo atajar. El empate envió a Unión a lugar para mantener la categoría.
Ese accidentado torneo de 1948 no llegó a su final porque la inédita huelga que hicieron los futbolistas generó la suspensión cuando se habían jugado siete fechas y un absurdo fallo de la AFA que resolvió reponer en Primera A a los dos equipos que habían descendido en 1946 y en 1947, Ferro Carril Oeste y Atlanta. Desde 1949, el torneo se denominaría “Primera B” y los clubes santafesinos alcanzarían el segundo y tercer lugar, pero lejos del campeón Quilmes. En aquel 1949, Unión venció por la mínima diferencia en su cancha con gol de Elvio Lozada, quien contó después del partido que “recibí la pelota a cuarenta metros del arco. Hice dos o tres pasos y le pegué como pude, por abajo, tratando de que no tomara altura. No me di cuenta de que había sido gol porque pensé que el arquero Tenuta la había agarrado…” En la revancha el empate en dos goles fue muy festejado por los rojiblancos porque perdían 2-0 y lograron igualarlo en el final.
Estaba claro que Colón tenía un buen equipo, porque además del subcampeonato en 1949 lo repitió en 1950, quedando a tres puntos del ganador Lanús y de nuevo en 1951, cuando igualó la segunda ubicación con Almagro también a tres unidades del campeón Rosario Central y superó al cuadro tricolor en el desempate, aunque había solamente un ascenso a Primera A. En la última jornada de 1950, Colón alcanzó el segundo lugar tras derrotar a Unión por 2-0 en su campo de juego sito en el barrio Centenario, gracias a un doblete del crack José Canteli, que en la parte final de su larga campaña clavó un derechazo y conquistó un penal. Al año siguiente, volvió a derrotar a Unión en condición de local por 2-1, con tantos del inefable Canteli y de Leanza, éste después del empate transitorio de Miguel Sánchez.
Cuando terminó el campeonato de 1950 que ganó Lanús, la AFA organizó el Torneo de Honor “Copa Juan Domingo Perón” porque la Primera B había tenido un certamen muy corto. Los doce equipos se dividieron en dos zonas y fueron Colón y Unión los que ganaron cada sección, debiendo enfrentarse en una final. El partido se disputó el 30 de diciembre de 1950 y Colón ganó por 4-2, con tras dar vuelta el resultado. Frutos adelantó al rojinegro, Hussein y Bruzzone le dieron la ventaja a Unión y dos goles del inefable José Canteli más otro tanto de Ernesto Ferreira sellaron el resultado.
A fines de 1951, cuando el retiro de Canteli ya se avecinaba, alguien le escribió un poema agradeciéndole su gran campaña con la camiseta rojinegra y en un párrafo deslizó: “Sin embargo y a tus años-no hay quien remede tu gloria-yo no encuentro en mi memoria-quien compita tal hazaña-culminaste tu campaña-dando a Colón tu energía-y a fe que tal bizarría-tiene que ser coronada-tu figura recordada-como ejemplo de hidalguía.” La firma es de E.L.B. Para el torneo de 1952, Colón quedaría tercero, a cinco puntos del campeón Gimnasia y Esgrima La Plata.
Todavía no le habían puesto el apodo de “cementerio de los elefantes” al campo de juego colonista, pero desde que comenzó a participar en 1948 jugando los torneos de AFA, el Sabalero mantuvo un invicto como local que alcanzó los 71 partidos, entre el 9 de mayo de 1948 y el 7 de diciembre de 1952. Aquella tarde, Quilmes lo superó por 2-1 y evitó que Colón pudiese alcanzar al líder Gimnasia, que se escapó un poco más. Para siempre queda el registro: 71 partidos invictos como local fueron la génesis de aquella denominación a la cancha rojinegra. Unión alcanzaría su primer triunfo en ese campo el 5 de abril de 1953, gracias a un triunfo conseguido en el segundo tiempo, luego del tanto que obtuvo Martorelli para Colón. Empató Juan Carlos Frutos y el éxito rojiblanco lo concretó José Vicente Greco, un minuto antes del final del partido. Habían pasado quince años desde la última victoria en tierra sabalera, cuando en 1938 y por la Liga Santafesina el Tatengue venció 3-0.
*Extracto de "Clásicos" investigación del periodista y escritor Alejandro Fabbri que propone acercarse al origen, el desarrollo y la historia deportiva de los clásicos, un condimento imprescindible para entender el alma futbolera, en venta en todas las librerías del país.