El pueblo rojiblanco se mantenía dudoso, pesimista y demasiado expectante con respecto al primer eslabón del 2020 que representaba el choque con Argentinos Juniors.

La salida de referentes importantes y la llegada de jugadores con escasa o casi nula participación en la primera división de nuestro fútbol tuvieron un eco negativo en la relación hinchada - Comisión Directiva (llámese Spahn). Y hasta podríamos decir un lógico eco negativo. Estaba preparado un banderazo en contra del presidente si el equipo perdía. La mediocre actuación en la primera parte del torneo y la participación en Copa Sudamericana hacían suponer que se mantendría la base y se reforzaría el plantel con jugadores de cierta estirpe para lo debe afrontar el rojiblanco. 

Una suposición lógica. Necesaria diría yo.

Madelón, que conoce todos los aspectos de las relaciones tatengues, preocupado por la situación, salió a calmar las aguas propias y ajenas, expresando que "todo está bien en lo futbolístico. Nos preparamos para ganarle a Argentinos Juniors que es nuestro primer objetivo". Pero claro, deslizó su malestar al decir que "los dirigentes deben aclarar la sangría de jugadores". Concreto. Preservó su lugar y responsabilizó a otros por el desmantelamiento realizado.

Después, como es habitual en el fútbol, el triunfo tapó todo. Madelón volvió a ser influyente en el logro convenciendo a sus jugadores que podían y armando una estrategia desde lo que ofrece la humildad.

Un Madelón auténtico en su vida tatengue.

Indudablemente que la victoria obró como un dique de contención ante el desmadre que se avizoraba.

Fue el primer paso. Pero Unión recién comienza a caminar un año intenso. Los desafíos serán difíciles. Este triunfo debe generar la lógica fuerza para superar los escollos. Pero también debe servir para entender que debe aplicar el rigor esgrimido ante el equipo de La Paternal como un elemento sustancial. A Unión no le sobra nada. Es más, por allí le está faltando. El futuro sigue siendo incierto.

Por eso, debe tener claro lo que es y no crear falsas ilusiones.