El padre Axel Arguinchona que presta servicio pastoral en el barrio San Agustín, del extremo noroeste de la ciudad de Santa Fe, habló con LT9 sobre la situación economico social en las barriadas populares de la capital provincial y se refirió al esfuerzo de la sociedad para combatir el coronavirus.

"Tenemos que estar distanciados físicamente pero más que nunca unidos en el corazón. La situación amerita a que de una vez estemos unidos detrás de un objetivo común que es luchar contra una enfermedad. Hay que saber que la tenemos que vencer entre todos", expresó en Siesta Líder por LT9.

Sobre sus comienzos en el sacerdocio recordó: "El 30 de septiembre del 2019 celebré mis 30 años como sacerdote, y la mayor parte del tiempo fueron todos en los barrios de Santa Fe, salvo los cuatro que estuve en Esperanza. Regresé a la capital el 15 de diciembre de 2018 en el barrio San Agustín, un sector que es  todavía es muy desconocido para Santa Fe".

Consultado por el temor a raíz de la inseguridad, sostuvo que "jamás tuve inconvenientes en ningún barrio de Santa Fe a pesar de haber andado a altas horas de la noche en situaciones de riego grande. Tampoco nunca sentí miedo porque la gente me ha acompañado en todo los momentos, incluso personas que no son de muy buen vivir". 

Sobre la vinculación con los distintos gobiernos a través de los años, el padre Axel expresó que "algunas veces me han elegido para preguntarme como está la situación en el barrio para ver qué es lo que hace falta. Y otras lo he ido yo a plantear también. Si no van al encuentro de uno, uno tiene que ir al encuentro de ellos. Sobre todo porque el sacerdote debe ser la voz de los que no tienen voz. Entonces uno tiene que ir a plantear las necesidades a aquellas personas que tienen la responsabilidad del bien común". 

Por último, se refirió a cómo se preparan los vecinos de los barrios que no pueden quedarse en sus casas porque tienen que salir a trabajar para comer o que no están dadas las condiciones de aislamiento en sus casas.

"Imaginémonos que incluso las viviendas son muy precarias. Lo que hay que hacer es respetar las medidas de prevención: saludar con el codo, respetar la distancia, higienizarse bien las manos. La gente va tomando conciencia, pero evidentemente no tiene acceso a tener alcohol todos los días", reflexionó.

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