Los médicos estamos poco acostumbrados a hablar de nuestra salud mental.
Somos reacios a mostrar aspectos de resquebrajamiento, pocas veces buscamos ayuda especializada y muchos encarnan un personaje que los termina comiendo: No puedo dudar, no puedo mostrarme débil ni vulnerable.
Hoy mas que nunca, de cara a la pandemia que aun no azotó sus alas sobre nuestras costas, y en vista de la cantidad de colegas que mueren cada día a causa de su trabajo tratando pacientes covid-19 esta charla entre colegas y de cara a la sociedad se impone mas que nunca.
No queremos mártires. Queremos profesionales comprometidos que hagan su tarea y regresen a sus hogares con su familia,y para eso la salud mental cuenta, y mucho.
Como era hasta ahora la salud mental de los médicos.
Las alarmas sobre la salud mental de los médicos vienen sonando hace rato.
El trabajo científico mas sólido sobre el tema acaba de ser publicado en el BMJ [1] por la Licenciada Jenny Firth-Cozens y su equipo y es un seguimiento por mas de 20 años a 300 médicos de Gran Bretaña desde que estaban en 4° año de la carrera hasta la fecha.
Es un equipo de fama mundial porque es de los primeros que hace mas de 10 años mostró el alto nivel de stress de los médicos en UK, mas del 30%, muchos con depresión y alcoholismo en grados que duplicaban a la población general.
La pregunta del estudio es fascinante: es la profesión o la personalidad previa lo que mas influye en la aparición del stress y la depresión entre los médicos?
Las variables mas importante que midieron en el estudio fueron la capacidad de empatía, la autocrítica, situación y problemas familiares, horas de sueño y calidad de la organización en la que trabajan.
Empatía y autocrítica: Firth-cozens y sus colegas vieron que aquellos estudiantes de medicina que tenían un alto grado de empatía y autocritica (cosa deseable en un medico) luego tenían ,con el tiempo, mayor riesgo de depresión. Pero el estudio demostró también que ambas se reducen drásticamente a lo largo de su formación como médicos.
La especialidad que mas empatía y autocrítica muestran son los psiquiatras, pero también son los que mas problemas de salud mental, y adicciones sufren en Gran Bretaña, los que menos mantienen estas características: los cirujanos y están entre las especialidades que mas disfrutan de su profesión.
Entonces, es necesario amputar la capacidad de empatia y autocritica para ser un buen medico? No, parece que es necesario amputarlas para no enfermar. (defensa inconciente que dificulta la relación medico-paciente)
El equipo concluye diciendo algo importante: “alguien debería decirles a los médicos desde que son estudiantes que las cosas en algún momento van a salir mal¡ que no se puede siempre ocultar los errores, o negarlos y debemos saber que los médicos cuando están en esa situación necesitan ayuda” [2]
Las variables de genero también están presentes, la mayoría de los médicos que sufren depresión son varones, pero significativamente las mujeres sufren depresión mas en relación con el lugar de trabajo. No debería sorprendernos, menos en Argentina donde los hospitales, clínicas y centros de salud tienen aún un gran camino por recorrer respecto al trabajo y la perspectiva de genero. Dar vuelta como una media lo que estamos haciendo en ese aspecto.
La medicina de los próximos años claramente va a ser de las mujeres. Y ya se están viendo las influencias positivas de esas miradas en el sistema de salud Argentino: las medicas suelen tener una mejor relación medico-paciente y el abordaje de los problemas es siempre mas integral y humanizado que la mirada medica masculina.
El infierno son los Otros...médicos.
Cuando a los propios médicos se les preguntó cual creen ellos que era el principal factor de stress la mayoría marcó: la mala relación con otros colegas, el cansancio y la cultura organizacional del lugar donde trabajan.
Una de las cosas que más estresa a los médicos es la opinión malsana de otro médico.
Los problemas de relación entre los residentes y sus jefes,entre los jefes y los directores, y hasta la agresión física son bastante frecuentes , muy disruptivas y estresantes en muchos hospitales y clínicas de nuestro país.
Sin embargo en algunos lugares la cultura institucional puede ser un gran bálsamo protector de la ansiedad medica: donde cada uno tiene claro su rol, es respetado y valorado, y sobre todo donde hay instancia de reunión y dialogo entre colegas. Pero esto NO surge espontáneamente siempre, es una cultura institucional que debe ser promovida, sostenida y financiada.
Por ultimo, el cansancio, tal vez el peor enemigo del error medico, a la par de la falta de entrenamiento y estudio.
En nuestro país ha venido cayendo la cantidad de médicos recién recibidos que deciden hacer una residencia.
Muchos prefieren la salida laboral “rápida” y rentable a corto plazo de las guardias, y contratos temporales. Esos colegas se miden por la dimensión de sus ojeras. Viven cansados, estresados y luego de algunos años piensan seriamente en dedicarse a otra cosa.
Se viene el COVID-19
Se habla mas de los respiradores que de la salud mental de los médicos. Debería preocuparnos la salud mental del que va a manejar, controlar y asistir a ese respirador Casi mas que el respirador en si.
Son tiempos raros para la relación entre los médicos y la sociedad: pasamos de ser aplaudidos en la calle a ser expulsados de los edificios, de ser los que salvan vidas a ser quien las condena a un grupo de ancianos en un geriátrico. Somos parte de la cura o somos parte del problema?
La Argentina NO tiene un modelo de Salud unificado, coherente ni centralmente planificado. Tiene un modelo de gestión de acuerdo a cada financiador, si sumamos las obras sociales ,las prepagas, el PAMI y los sistemas públicos provinciales son mas de 500 modelos diferentes de abordaje de la atención medica. Los médicos argentinos deben conocerlos para poder trabajar, y lo sufren a diario.
Navegar la incertidumbre es nuestro nombre.
La mayoría de mis colegas médicos aman su profesión, están felices de hacer lo que hacen y por supuesto saben la atención médica es una carrera llena de responsabilidad, lo que es naturalmente estresante. Estos problemas nunca desaparecerán. Necesitamos sistemas que reconozcan ese hecho y trabajen constantemente para abordarlos, por el bien de los médicos y sus pacientes.
Por Pablo Rios, médico mat. 2716
[1] Firth-Cozens Jenny. What I learnt from studying doctors’ mental health over 20 years—an essay by Jenny Firth-Cozens BMJ 2020; 369 :m1374
[2] Firth-Cozens Jenny. What I learnt from studying doctors’ mental health over 20 years—an essay by Jenny Firth-Cozens BMJ 2020; 369 :m1374