Se disparó el contado con liqui: ¿Quién tiene la culpa? Para responder esta pregunta primero veamos por qué se disparó el dólar:
Porque la disposición de mayor liquidez a los bancos privados dispuesta por el Banco Central para poder oxigenar a las empresas para pagar sueldos y recuperar capital de trabajo fue a parar a bicicletas financieras organizadas por bancos privados, agentes de bolsa e intermediarios financieros. Toda esa plata quedó en muy poquitas manos de estos especuladores financieros.
Es decir, la banca privada no le prestó a las empresas para pagar sueldos y por el contrario utilizó esos recursos para dolarizar carteras.
Yo me pregunto si en este momento eso no es traición a la patria por parte de los bancos privados, más allá de la legalidad y el uso de artilugios normativos del sistema financiero para poner esa plata donde no debía ir, sabiendo los bancos privados perfectamente cuál era el destino de esos fondos.
Cada vez estoy más convencido de que un país inestable como Argentina no puede tener las finanzas en manos de especuladores. O nacionalizamos los depósitos utilizando líneas de redescuentos exclusivas para estas operaciones o siempre los vivos se hacen la fiesta y los trabajadores y empresarios nacionales honestos quedan en manos de estos agentes inescrupulosos de la especulación. O la economía se pone al servicio de la producción y el trabajo o la democracia que hoy conocemos se derrumbará como castillo de naipes.
Tener una fuerte banca pública en Argentina es la única forma de garantizar que los recursos vayan donde quiere el gobierno que la gente votó, sino este sistema financiero perverso, egoísta y carroñero, se llevará puestos a miles de Argentinos. Ya les conocimos la cara u su forma de actuar en 2001 cuando se llevaron toda la plata del país y dejaron a miles de ahorristas sin un peso, y fue el gobierno nacional quien recuperó y pagó los dineros de la gente. Basta de usureros, solo banca nacional, cooperativa y solidaria.
Es ineludible una nueva ley de entidades financieras que esté al servicio del trabajo y la producción, basta con esta ley de entidades financieras que permite a los bancos privados manejar las finanzas del país con fines inconfesables.