Le bastaron tan solo cuarenta y cinco minutos al Trinche para mostrarle al mundo futbolero que su amor por la pelota era de verdad.
Aquella tarde de 1974, en Rosario un combinado de jugadores de Rosario Central y N. O . Boys más un jugador de Central Córdoba, flaco y desgarbado, le propinaron una paliza futbolística tremenda al Seleccionado Nacional, que se preparaba para el inminente mundial de Alemania.
Al cabo del primer tiempo los rosarinos ganaban 3 a 0, con una contundencia basada en un juego armonioso, equilibrado y bonito.
Y más allá de Kempes, Obberti, Mario Zanabria y Cia., el gran protagonista fue Tomas Carlovich, el popular Trinche, ese flaco desgarbado y talentoso que enloqueció a sus rivales con sus caños y gambetas y al público asistente que acaloraba sus manos aplaudiendolo.
Fue el partido del mito. El que le sirvió hasta ayer, el día de su muerte, para ser valorado como un ídolo.
Después podemos referirnos a que hizo inferiores en R. Central donde jugó un solo partido en primera. Que anduvo por Flandria, en ese momento un equipo de la C. Que tuvo un paso por Indep. Rivadavia de Mendoza y que encontró su mejor lugar en Central Córdoba de Rosario, donde jugó varias temporadas y tuvo un ascenso.
Un párrafo aparte para otra instancia importante en su carrera. Su paso por Colon. Jugo 5 minutos en un encuentro (vs. Huracan) y 30 en otro (vs. Velez). En ambos se retiro lesionado. Era el año 1977. Y los dos encuentros de visitante. O sea, que no pudo mostrar su magia en el Barrio Centenario. Sin embargo, todos recuerdan al Trinche en el mundo sabalero.
Su bohemia indeclinable y su irreverencia ante lo lógico y lo entrenado fueron el sello indestructible de su forma de ser.
Y lo más destacable es que su referencia como un grande del balompié, la tiene sin haber jugado en un grande. Eso lo hace más respetable desde el punto de vista de su talento.
Maradona, con su incuestionable forma de expresión, sintetizó en una frase toda la grandeza del Trinche: " Maestro, Ud. fue mejor que yo".
Si hubiese amado al fútbol, quizás hubiese sido adinerado...Pero el utilizo al fútbol para amar la pelota. Con solo eso, que no es poco, fue rico de Alma, que en definitiva es lo más importante.
Con la pelota atada a su pie se nos fue de la forma menos pensada.
Adiós Trinche querido.