A 70 años del Maracanazo Tabaré Cardozo contó en Hora de Arrancar por FM Láser 92.5, lo que significa esa fecha para el pueblo uruguayo. "Para el Uruguay es un hito fundacional como gesta deportiva y como marca de la idiosincracia del ser uruguayo, de la construcción de la identidad del ser uruguayo, y tiene mucho que ver con ese otro mito bíblico de David y Goliat, del pequeño contra el gigante, donde tiene que ver con las características psicológicas del ser uruguayo, como si fuéramos un petizo retacón, un goruta en una encrucijada entre dos gigantes como Argentina y Brasil. Entonces hay que asomar la cabeza de alguna manera, saltar y ser medio retovado y compadrón y fue un mito fundacional para una generación como la nuestra", comenzó diciendo en diálogo con Julio González y equipo. 

Un 16 de julio de ese año la selección uruguaya logró una de las hazañas más míticas en la historia de los mundiales de fútbol. Contra todo pronóstico, la celeste venció en la final de la Copa del Mundo al anfitrión Brasil por 2 a 1. La proeza pasó a conocerse como “El Maracanazo”. 

Doscientos mil espectadores, récord histórico de asistentes en el entonces nuevo estadio Maracaná de Río de Janeiro, construido para ese Mundial de 1950, fueron testigos de un hecho inesperado, el triunfo de la selección uruguaya ante la brasileña, que con sólo empatar habría sido campeona en su casa, en lo que se considera la mayor epopeya de la historia de los máximos torneos entre equipos nacionales, y que generó suicidios y un complejo que los verdeamarelos recién pudieron despojarse ocho años más tarde, cuando ya con la irrupción de Pelé, pudieron ganar su primera Copa en Suecia, en Suecia 1958.

En ese recordado partido, aunque el empate parcial lo favorecía para obtener el título, la selección brasileña se lanzó al ataque empujada por el público, aunque Uruguay seguía defendiéndose bien y se acercaba cada vez con mayor peligro al arco brasileño cuando a los 34 minutos, Ghiggia combinó con Julio Pérez, quien le devolvió la pelota, y esta vez, cuando parecía que repetiría lo del primer gol, en vez de entregarle el pase a Oscar Cotorra Míguez, que era el goleador, remató directamente al arco tras superar a su marcador Bigode. Barbosa, el arquero, entendió lo contrario y dejó libre el primer palo, por donde Ghiggia consiguió que la pelota ingresara.

Fue el gol más recordado de la historia del fútbol uruguayo y Barbosa, el arquero vencido, vivió el resto de sus días entre la tristeza de la derrota y el oprobio al que lo sometieron por aquel simple error deportivo, aunque en el peor escenario.

Sin dinero y marginado y responsabilizado por una derrota que hirió el orgullo deportivo de los brasileños, llegó a ser canchero del Maracaná y cuando los arcos del estadio fueron cambiados desde los palos de madera por los caños de metal, pidió llevarse los viejos, sin que nadie entendiera para qué, y procedió a quemarlos. 

Tabaré Cardoso, de la reconocida murga “La Catalina”, le dedicó la canción que lleva su nombre y cuenta el duro camino que debió atravesar hasta su muerte (no lo dejaban ingresar en las concentraciones del Scratch porque decían que atraía la mala suerte).

Sobre la composición de la letra del tema musical de lo que le pasó al arquero Barbosa, Tabaré contó que "desde que nací me crié escuchando ese relato desde el lugar del campeón y de la gesta heroica pero nunca me puse a pensarlo desde el otro lado, y lo que me despertó eso fue el ejercicio de ponerse en el lugar del otro, y es algo que hacemos todos los artistas, mirar desde el ojo del otro. Ahi está la riqueza, pienso en los actores y actrices que su trabajo es ponerse en el zapato de otra persona, cuando tienen que interpretar un papel que le es ajeno a su personalidad y que no tiene  ningún vínculo, pero tienen que encarnar a alguien que se distancia de su personalidad".

"Un día estaba leyendo un libro de Eduardo Galeano que se llama El Fútbol a sol y sombras, y cuenta la historia de lo que pasó Barbosa, el hombre que murió dos veces, una persona que se convirtió de héroe a villano. Ahora cuesta entender la lógica de esa final porque nunca más paso", siguió contando.

Sobre el tema que compuso con la murga Agarrate Catalina, Tabaré agregó que "me inspiré en el cuento de Galeano y lo que tiene esta canción es eso, que no es solo una admiración a la Selección uruguaya sino que tiene el ojo puesto y es en ese juego de empatía y eso ya lo tenía el cuento".

Ale Benito, en otro tramo de la entrevista contó que el goleador Ghiggia, que marcó el tanto del campeonato en ese recordado partido, también murió hace 5 años un 16 de julio, coincidiendo esa fecha. 

Julio González comentó los mensajes de los oyentes y los saludos a La Catalina. En el tramo final, sobre la cuarentena y la pandemia, Tabaré aseguró que "da pudor quejarnos porque hay gente que la está pasando muy mal, y me da un poco de vergüenza llorar por esa situación, da bronca porque se nos cortó la posibilidad de seguir trabajando, pero es una bronca sin destinatario".