Desde que el 27 de marzo fue descubierto gracias al telescopio espacial Wise, el cometa C/2020 F3, más conocido como Neowise ha causado admiración en los científicos y curiosidad en las millones de personas que pueden observarlo a simple vista.
Desde principios de julio se pudo observar en todo el hemisferio norte y hasta el día 15 de este mismo mes se mantuvo visible a simple vista. Ahora, gracias a su trayectoria cercana a la Tierra, hasta finales de julio se podrá ver en todo el mundo. El cometa hizo su aproximación más cercana al sol (llamado perihelio) el 3 de julio.
En ese momento, se extendió a 44.1 millones de kilómetros del sol, o dentro de la órbita de Mercurio, el planeta más interno. Ayer, el cuerpo celeste alcanzó el punto de su órbita más próximo a la Tierra. Pasó a una distancia inofensiva de 103 millones de kilómetros, por lo que se pudo ver incluso sin binoculares gracias a las condiciones meteorológicas.
Este fin de semana brillará como un objeto de cuarta magnitud, bastante fácil de ver a simple vista si se tiene un buen cielo oscuro. El cometa también ha estado luciendo una fina cola de polvo de al menos cinco grados de longitud (el puño extendido a la longitud del brazo es aproximadamente igual a diez grados).
Observación sin binoculares
Mariano Ribas, periodista, docente y jefe de Divulgación Científica del Planetario, comentó que va a hacerse visible primero en las provincias del norte del país, como Jujuy, Salta, Formosa, entre otras, a partir de este sábado, al anochecer y muy bajito sobre el horizonte del noroeste. En la Ciudad de Buenos Aires se lo podrá ver los últimos días de este mes mientras dure la puesta del Sol, ya que el cometa va estar muy bajo sobre el horizonte. Pero con todo el resplandor del crepúsculo será un poco difícil observarlo.
El espectacular Neowise se puede observar a simple vista. También con binoculares o telescopios chicos, aunque es clave disponer de buenas condiciones meteorológicas. Para hallarlo, hay que mirar en el horizonte en dirección NNO (norte-noroeste). “Se trata de un cuerpo celeste que está constituido por materiales orgánicos, rocas y hielo, que tiene una órbita -al igual que cualquier cosa que se mueve alrededor del Sol- y que a diferencia de un asteroide, en las cercanías del Sol desarrolla una cola o cabellera. Los cometas refleja la luz solar, es decir que no tienen luz propia. Por eso, cuando se vea en el hemisferio sur ya no va a ser visible a simple vista, hasta que salga del perihelio y se sitúe en una ubicación favorable geométricamente”, aseveró en diálogo con este medio Constantino Baikouzis, investigador astronómico y director del Programa Parque Astronómico de la Matanza.
Los científicos afirmaron que el cometa tiene unos cinco kilómetros de diámetro y su núcleo está cubierto de material hollinoso que data del origen del sistema solar hace 4.600 millones de años. Además, cuenta con la brillosidad más alta entre los últimos siete descubiertos, lo que posibilitó que haya podido ser contemplado a simple vista.
Fuente: El Litoral