Luego de que se viralizara la imágenes de algunos perros y gatos con grandes tatuajes en sus cuerpos, los defensores de los derechos de los animales lanzaron la voz en todo el mundo, exigiendo que existan legislaciones que prohíban este tipo de prácticas.
En Estados Unidos, Alemania y algunas regiones de China y Japón, ahora es "normal" ver a perros y gatos marcados, ya sea a través de la tinta o con cortes de pelo determinados, como un símbolo de distinción y moda.
Sin embargo, este tipo de práctica es totalmente rechazada por protectores animales que señalan que las mascotas son sometidas a un dolor y estrés innecesario, ya que para poder realizar estas adaptaciones "estéticas" se deben de anestesiar corriendo el riesgo de muerte, además de que las tintas les puede producir una reacción alérgica severa.