Todo el mundo deberá reformular situaciones para tratar de volver a cierta normalidad, luego del virus que nos acecha y nos acompañará aún por un tiempo prolongado. El fútbol, como espectáculo puede y debería esperar, pero como negocio es indispensable que retorne con celeridad, de acuerdo a los dictados de los entes que lo rigen y los sponsors que alimentan la máquina del mercado futbolero.

Es por ello, que cada club de nuestro país, debe prepararse para, aún dentro de la pandemia, desarrollar su actividad para impulsar y satisfacer las apetencias dirigenciales y comerciales. Los que juegan Copa Libertadores ya están en marcha. Los que participan en la Sudamericana deberán estar listos el 27, 28 o 29 de este mes para iniciar su juego. El resto aguarda con impaciencia la reanudación de la actividad, que ahora pareciera ser tiene como fecha el 23 del mes que transitamos para el comienzo del mini torneo afista, aunque las dudas siguen persistiendo.

En Santa Fe, nuestros queridos clubes no escapan a los avatares del virus y transitan este tiempo con los inconvenientes lógicos que el momento depara. Unión, que pertenece al grupo de la Sudamericana, sabe que para fin de mes su actividad inexorablemente tendrá su inicio. Colón, depende de la confirmación del próximo 23 para pensar en el retorno.

Los rojiblancos. entre reclamos de la oposición a ciertas formas de actuar del oficialismo (llámese aspecto de balances y manejo económico), en los futbolístico le ha dado más intensidad a su trabajo con la concreción de amistosos jugados en Rosario (N.O.Boys) y en nuestra ciudad (Ros. Central). El empate en el Parque de la Independencia abrió una expectativa de optimismo de acuerdo al juego desarrollado. Pero la derrota en el "15 de Abril" abrió la puerta de la preocupación por la caída y por la forma de la misma. 

A mi entender el partido con Newells se valoró más porque las perspectivas eran deficitarias teniendo en cuenta la renovación del equipo y la presencia de un nuevo técnico. Además los refuerzos no incitaban a una ilusión desmedida para ese primer encuentro. Y por ello el empate y cierta ductilidad futbolística hicieron crecer las acciones. Pero se notaban deficiencias a corregir. La derrota con Central colocó al equipo del Vasco en una realidad más apropiada a lo que representa este elenco rojiblanco. 

Está claro, que si revisamos los jugadores que pasaron en los dos últimos años por las huestes tatengues, este plantel muestra una cierta desjerarquización que indudablemente extremará el trabajo del técnico para conformar un equipo con posibilidades, especialmente en la Copa Sudamericana. Salvo Márquez y Nery Leyes, el resto de las incorporaciones son incógnitas que deberán demostrar sus aptitudes partido a partido. 

En varias oportunidades Unión ha potenciado a jugadores desconocidos o de poco predicamento. Pero no siempre el resultado se da de la misma manera. Es mi opinión que las esperanzas están centradas en la buena gestión que deberá realizar Azconzábal para lograr un verdadero equipo solidario en todos los sectores para compensar la falta de las luces grandes. La dirigencia ha apostado una vez más a tratar de potenciar las incógnitas. En esta oportunidad amparado por la debacle económica que produce la pandemia. Es, sin dudas, un atenuante. Existe una razón. La pregunta es: se puede? Sí, claro que se puede. Siempre se puede. Pero es evidente que nuevamente el trabajo tendrá que ser mucho más esforzado que cuando se tiene a mano un plantel técnicamente más capacitado.

Colón se debate entre carta documentos de jugadores desplazados, contratos que se deben reformular, la llegada de nuevos jugadores y entrenamientos intensos pero sin partidos amistosos. Los dirigentes siguen abocados y con preocupación a tratar de llegar a acuerdos para el pago de deudas anteriores de jugadores que siguen en el plantel y algunos que ya se fueron, como el caso de Matías Fritzler. Y también a la renovación de contratos de jugadores que son de las propias canteras, para no correr el riesgo de situaciones como la del tucumano Brian Galván que se fue libre al fútbol estadounidense. Con Sandoval se llegó a un acuerdo. Tranquilidad por ese lado. Pero con Chancalay aún existen diferencias que quizás obliguen a Colón a un acuerdo que no sería el ideal para la dirigencia. Ceder terreno para no perderlo todo. Con Viatri el acuerdo para que prosiga en el club está lejos. Es más, la abultada deuda con el jugador complican más la situación.  El presidente Vignatti reconoció que los problemas existen más allá de las mejoras económicas ostensibles que el club ha tenido en su gestión. Pero como decíamos anteriormente la pandemia no tiene miramientos. Achicarse para no sucumbir y tratar de mantener cierta jerarquía.

En lo futbolístico, Domínguez trabaja en silencio. Puertas adentro. Sin contacto con la prensa. Cerrado con su grupo. No está mal y no nos corresponde obligar al técnico a hablar. Pero al menos tendría que dar algunas referencias para que el pueblo sabalero sepa de que se trata. No realiza amistosos por lo que tampoco podemos apreciar el rodaje del equipo. 

En mi análisis, dentro de este contexto, más allá de los jugadores que ya no están, especialmente en el medio campo (Zuqui - Fritzler - Estigarribia), Colón tiene variantes como para dentro de esta situación incómoda en lo económico paliar la situación. Pero está claro que para que ello ocurra tendrán que demostrar su verdadero nivel jugadores que llegaron con buenos precedentes, pero que con la casaca rojinegra todavía están en deuda. Ejemplos: Aliendro y Delgado. Otros, que en ciertos momentos mostraron su valía y luego por diferentes motivos decayeron en su juego como Lértora, Luis Rodriguez y Bernardi. 

En general todo el plantel deberá refrendar sus antecedentes, dado que en la última parte, más allá de haber jugado la final de la Sudamericana, el juego dejó muchas dudas y pocas certezas. La ubicación en el último torneo lo dice todo. El acople de los juveniles deberá ser inmediato y decisivo para consolidar el equipo. 

La gran apuesta sabalera es aprovechar el torneo 2021, sin descensos, para tratar de sumar puntos que lo alejen de la posición incomodísima de los promedios. Porque recordemos que los puntos del próximo torneo se computan para los promedios que marcarán los descensos en 2022. ¿Están en condiciones de hacerlo? Por supuesto que sí. Existe un plantel que ilusiona para que ello ocurra. Domínguez, conocedor de la situación, tendrá que capitalizar el patrimonio futbolístico para lograr que Colón retorne al rodeo de los de arriba. Tiene con que. Pero para ello los futbolistas deberán volver a sus propias fuentes para demostrarlo. Si no será más de los último que vimos. 

El desafío para las dos instituciones está dado. Tanto en lo económico como en lo futbolístico.  En momentos difíciles, el ingenio y el trabajo deben vencer a la pandemia y a sus propios defectos.