Hace unos días, y con casi 40 años de democracia, se encontraron nuevos documentos de la represión política en Santa Fe durante la dictadura cívico-militar de 1976,
Sorpresa, asombro, quizás para algunos sí.
Certeza, comprobación, para las distintas generaciones que siguen luchando y trabajando por una democracia basada en los derechos humanos.
Es que el aparato represivo del Estado en sus distintos planos no fue una banda de descarriados sino un conjunto de estructuras, recursos y procedimientos organizados para el fin de exterminar a las organizaciones políticas y sociales, y disciplinar a la sociedad.
En la zona de nuestra ciudad, parte del Area 212, fueron muchos cientos de efectivos de inteligencia y operación de las “fuerzas conjuntas” (Ejército y Policía provincial) que actuaron, operaron planificadamente y registraron de distintas formas las actuaciones.
Los registros se hicieron, algunos se entregaron a requerimiento judicial y otros se escondieron, como los recientemente hallados en medio de una enorme cantidad de papeles desordenados en un edificio que ocuparan dependencias policiales. Quedan aún muchas partes por hallar y aunque pasen los años siguen siendo de valor. Es responsabilidad del Estado profundizar su búsqueda, requerir la apertura de archivos vinculados (los de la AFI, ex SIDE, con delegación en Santa Fe durante una década de represión, por ejemplo).
Es necesario para sumarlos a la construcción de la Memoria con víctimas, testigos, familiares; es útil para conocer con Verdad la actuación del terrorismo de Estado; es fundamental para seguir haciendo Justicia con los delitos de lesa humanidad.
Es imprescindible para afianzar la Democracia.
Y este hallazgo es un triunfo de la democracia y de los movimientos de derechos humanos. Porque fueron ciudadanos, simples ciudadanos, quienes encontraron papeles a los que no consideraron basura, comprendieron de qué se podían tratar porque a lo largo de su vida fueron viendo pañuelos que marchaban, voces que reclamaban, jueces que condenaban, hermanxs que se reencontraban.
Así seguiremos mejorando como sociedad, es responsabilidad de todos y todas.
