Si bien los sonidos no pueden ser escuchados en el espacio porque no hay una atmósfera que pueda llevar las ondas sonoras, estos fenómenos liberan ondas de radio que las sondas son capaces de capturar y enviar a la Tierra, donde son “traducidas” a ondas sonoras. Algunos fueron tomados cuando la sonda entraba al campo magnético de un planeta, mientras que otros provienen de las enormes tormentas de eléctricas de Júpiter.
Todos son muy misteriosos, pero al mismo tiempo sumamente interesantes, ya que nos demuestran lo mucho que nos queda por aprender del Universo del que formamos parte.
Fuente: UNO Mendoza