"Mi corazón todavía late fuerte cuando pienso en 1963", dijo a  la BBC Wayan Sudana; uno de los sobrevivientes de la erupción del volcán Agung en la isla de Bali hace 54 años, el cual mató a más de 1.500 personas y forzó la evacuación de otras 75.000.

Este domingo las autoridades de Indonesia elevaron al máximo la alerta por el "riesgo inminente de un desastre" debido a la erupción de ese mismo monte que estaba inactivo desde enero de 1964.

"Todavía recuerdo con claridad todo lo que pasó. Nada se borró de mi memoria", dice Sudana, al explicar por qué no quería ver imágenes de archivo de la erupción de 1963.

I Nengah Nese, en cambio, se sorprende al ver los videos de aquel entonces: "¡Es tal cual como se veía!", exclama.

Era un niño cuando el monte Agung entró en actividad y tuvo dos grandes erupciones, el 17 de marzo y 16 de mayo de 1963.

Aquel 18 de febrero de 1963. Se observaron fuertes ruidos y una nube subiendo desde el cráter, luego de la expulsión de bloques y bombas. Días más tarde, el 24 de febrero, flujos de lava muy viscoso comenzaron a viajar por el flanco norte del volcán, alcanzando una longitud de 7 km en unos 18 a 20 días y una altitud de 510 metros sobre el nivel del mar. 

Las corrientes fueron aproximadamente 0,5-0,8 km de ancho y 30-40 m de espesor. Estimaciones aproximadas indican un volumen total de estos flujos de alrededor de 50 millones de metros cúbicos. 

Después de esa fase, la erupción se convirtió en el más explosiva y el 17 de marzo de 1963, la erupción generó una columna de eruptino de altura de 8-10 km que se derrumbó en forma devastadora de flujos piroclásticos. Estas corrientes llegaron a distancias de hasta 15 kilómetros desde el cráter tras valles al sur y este, a una velocidad de alrededor de 60 km/hora.

 Muchas aldeas fueron destruidas y más de 1000 personas perdieron la vida. Caída de tefra pesado producido en áreas al oeste del volcán, donde fueron depositado hasta 50-70 cm de ceniza.