En medio de las esperanzas que despierta la aceleración de la campaña vacunatoria y las renovadas acechanzas que impone la pandemia, ahora a través de la cruel variante Delta, algunos indicadores económicos de la provincia de Santa Fe alientan pronósticos de buen tiempo.
Profundizando el desempeño industrial a nivel nacional en la mayoría de sus ramas, la actividad local muestra claros signos de recuperación, que incluso superan cifras anteriores a la catástrofe sanitaria y económica global.
Según el último informe de la FISFE, la evolución del sector en abril de este año ya atravesó largamente el techo del mismo mes del año pasado, lo cual es previsible si se recuerda que en aquel período regía la cuarentena estricta. Pero el dato saliente es otro: “Con matices sectoriales, esta notable recuperación alcanzada en los primeros meses de 2021 ubica el actual nivel de producción de la industria manufacturera en Santa Fe claramente por encima de los registros de 2020 e incluso 2019, y apenas 1 punto porcentual por debajo de 2018. Para los próximos meses se espera la continuidad del proceso de recuperación industrial con moderación de su ritmo y condicionado por el desenvolvimiento de la crisis sanitaria”, dice el estudio.
La expectativa que genera esta última oración se puede enlazar con lo que marca el Índice Adelantado de Actividad Industrial que publica el centro de estudios CEP XXI, dependiente del ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación: “en mayo de 2021 la industria operó 4,7% por encima del promedio de 2019. Contra mayo de 2019 y 2020, la mejora fue del 2,3% y del 35,4%. En lo que va de junio, la industria está operando por encima de junio de 2019”.
Este evidente resurgimiento ya está teniendo un impacto verificable en materia de puestos de trabajo. Lo explica el informe de FISFE: “en la provincia de Santa Fe, el empleo asalariado registrado en el sector privado mostró en marzo de 2021 una mejora de +0,2% interanual. Este resultado revierte un período de 30 meses -septiembre 2018 / febrero 2021- de reiteradas caídas en el total de trabajadores asalariados ocupados. Además, y tras nueve meses continuas de mejoras mensuales en los niveles de ocupación, Santa Fe se ubica en el grupo de nueve provincias argentinas que actualmente presenta mayores niveles de empleo en relación al inicio de la pandemia”.
Hay que señalar, aunque sea una obviedad, que el renacer del trabajo industrial santafesino no es homogéneo territorialmente. Pero aún así, hay casos notables. Las citas textuales extensas suelen ser áridas, pero aquí valen la pena. De acuerdo al informe de coyuntura del CEP XXI de mayo, “dentro de los departamentos/partidos de mejor desempeño, se destacan en primer lugar varios que forman parte del núcleo agroindustrial del país, como el este de Córdoba, el oeste de Santa Fe y parte de la provincia de Buenos Aires. A modo de ejemplo, departamentos santafesinos como Castellanos en Santa Fe (en donde están Rafaela y Sunchales), General López (en donde está Venado Tuerto), Belgrano (en donde hay muchas empresas productoras de maquinaria agrícola en localidades como Las Parejas o Armstrong) o Las Colonias (donde se encuentra localidades como Esperanza y Franck) tienen más empleo que en la prepandemia. Estos departamentos poseen un común denominador: una densidad industrial muy superior a la media nacional, que se imbrica virtuosamente con el sector agropecuario, sea aguas arriba (por ejemplo, en lo que concierne a la maquinaria agrícola) como aguas abajo (elaboración de alimentos). Si la industria explica el 19% del empleo asalariado formal privado, en estas localidades esa cifra es muy superior: 24% en General López, 35% en Castellanos, 42% en Las Colonias y 54% en Belgrano. En tanto la industria y el agro vienen teniendo un buen desempeño, no sorprende que en estos distritos haya más puestos de trabajo registrados que en la prepandemia”.
La recuperación del empleo trae consigo mayores niveles de consumo, elemento determinante para una consolidación del desperezamiento económico. Lo sabe con creces un sector con gran capacidad de generación de puestos de trabajo: el comercio. En la provincia de Santa Fe, y en particular en la ciudad capital, este segmento goza además de algunos alicientes particulares.
En el relevamiento por el Día del Padre que realizó el Departamento de Investigaciones Económicas y Sociales (Dies) del Centro Comercial quedó de manifiesto con nitidez la importancia que, con suma rapidez, adquirió Billetera Santa Fe, el programa de promoción del consumo que puso en práctica este año el gobierno de Omar Perotti: un 60% de los encuestados contestó que su negocio cuenta con este mecanismo de comercialización con subsidio estatal y un 80% respondió que entre el 30 y el 50% de sus ventas se hicieron por esta vía.
Esta novedosa herramienta no lo puede hacer todo, desde ya. Pero hay un par de aspectos más, en clave local, que tal vez pasan desapercibidos. Primer ítem: las paritarias santafesinas redondearon un 26% en el primer semestre y se constituyeron, así, en las únicas de las grandes jurisdicciones que le ganan -por un pelito- a la inflación, con el consecuente resultado sobre el poder de compra de un volumen no despreciable de trabajadores y trabajadoras, en especial en la ciudad de Santa Fe. Segundo ítem, con idéntica conclusión: la tarifas de la EPE, verdadera pesadilla de los últimos tiempos, en esta ocasión aumentará por debajo no sólo de la evolución de precios sino también de la marcha de los salarios públicos, luego de estar un año congelada.
Puede parecer poco, quizás lo sea. Pero divisar algunos rayos de sol en medio de la tempestad ya es algo.