Al término de la audiencia general de hoy, que giró en torno a su viaje a Myanmar y Bangladesh, Francisco lanzó un fuerte llamado para que se respete el status quo de Jerusalén, conforme a las resoluciones relativas de Naciones Unidas, recordando que es una ciudad única, sagrada para los judíos, los cristianos y los musulmanes.
En clara referencia a la cuestionada decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de trasladar allí la embajada de su país -pero sin mencionarla-, el Papa manifestó su "profunda preocupación por la situación que se ha creado en los últimos días" y rezó para que "prevalezca la prudencia para evitar nuevos elementos de tensión a un panorama mundial ya convulsionado".
"Pienso ahora en Jerusalén. Al respecto, no puedo dejar de expresar mi profunda preocupación por la situación que se ha creado en los últimos días y, al mismo tiempo, dirigir un fuerte llamamiento para que sea el empeño de todos respetar el status quo de la ciudad, conforme a las pertinentes Resoluciones de las Naciones Unidas", dijo Francisco, ante miles de fieles presentes en el Aula Pablo VI para su tradicional audiencia de los miércoles.
"Jerusalén es una ciudad única, sagrada para los judíos, los cristianos y los musulmanes, que en ella veneran los Santos Lugares de sus respectivas religiones; y tiene una vocación especial para la paz", agregó.