“Mister Parkinson me está pisando los talones”, pronunció el Indio Solari en 2016, cuando confesó que padecía la enfermedad de Parkinson. Sus seguidores empezaron a hablar e indagar al respecto. Hoy, en el Día Mundial del Parkinson, declarado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), dialogamos en Hora de arrancar por FM Láser, con el médico neurólogo clínico Javier Anzardi Vidal, para conocer más sobre esta patología.
“Es una enfermedad neurodegenerativa, donde las causas no se conocen con exactitud. Hay un grupo de neuronas que a una determinada edad empiezan a envejecer prematuramente y se quedan sin un neurotransmisor, que es la dopamina. Eso determina que el control de los movimientos empiece a fallar y el descontrol de los movimientos puede ser para el lado de la forma temblorosa o para el lado de la rigidez, que son los 2 principales síntomas motores. Hay 2 formas fundamentales del Parkinson, llamado idiopático, la forma más rígida y la temblorosa”.
El neurólogo advirtió sobre algunos síntomas premonitorios, premotores, como: “alteraciones en la escritura, la micrografía (empezar a escribir más chico); alteraciones en el olfato, que se va dando de manera progresiva; alteraciones en el ritmo de sueño, pesadillas, insomnio; trastornos del ánimo sin explicación alguna; constipación y fatiga inexplicable”. “El temblor de una sola mano, cuentamonedas, el chasquido de dedos de un solo lado es lo que empieza a alarmar; o la lentitud, el menor parpadeo, la mirada fija, el menor movimiento facial, problemas en la marcha con pasos más lentos. Aunque el temblor, explicó es lo que lleva a la consulta, el temblor de reposo, sobre todo en personas de entre 50 y 60 años”.
El especialista aclaró que existe la predisposición genética, pero son los casos menos frecuentes, casos de presentación temprana, alrededor de los 40 años, en donde habitualmente hay un familiar cercano, pero no es una herencia genética dominante. No hay estudios para detectarlo.
Al tratarse de una enfermedad neurodegenerativa progresiva y discapacitante, de la que no se conocen las causas, no es posible prevenir la enfermedad. Sin embargo, Anzardi Vidal explicó: “Hay tratamientos para enlentecer la evolución, desde el año 1952 se aplica el tratamiento con dopamina para tratar los síntomas motores. Hay investigaciones vinculadas con la cafeína, hay investigaciones vinculadas con el ejercicio aeróbico regular que enlentecen la evolución. Hay tratamientos tanto farmacológicos como de rehabilitación integral con terapistas, kinesiólogos, fonoaudiólogos, con equipo de trabajo”.
Asimismo, profundizó: “hay tratamientos quirúrgicos a la vanguardia, que ya se están practicando, que son conocidos en todo el país con cirugías de estimulación. Es para pacientes seleccionados, no es para todos los pacientes. Existen técnicas, una de ellas se llama DBS, que es una cirugía de estimulación profunda, en la que se instala un electrodo en un sector del cerebro específico para dar impulsos eléctricos a través de una especie de marcapasos, que se llama neuroestimulador. Y de esa forma, a través de un software, mejorar el control de los síntomas como la rigidez, el trastorno de la marcha, las caídas frecuentes”.
Este conocimiento del avance científico en nuestro país fue a partir de la salud pública. Las técnicas de estimulación profunda se están practicando en Buenos Aires, en Rosario y esperan traerla a Santa Fe proximamente.
Consultado sobre tratamientos alternativos como el uso de cannabis, el neurólogo expresó: “Hay estudios que han comprobado los beneficios tanto de los síntomas motores como de los no motores. He tenido pacientes bajo tratamiento que han mejorado mucho incluso su estado anímico, el temblor ha disminuido y los síntomas motores también”.
El Dr. Javier Anzardi Vidal trabaja en el Hospital Mira y Lopez, en el CUDAIO, en el Sanatorio Garay y en 2 centros de rehabilitación de la ciudad.
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