La proliferación de palomas se han transformado en una problemática para las ciudades por los daños edilicios que pueden producir y también por los problemas que pueden causar para la salud de los humanos.
En la ciudad de Santa Fe, por ejemplo, se vienen implementando distintos sistemas para controlar la población de estas aves. Uno de los últimos métodos tiene que ver con el cambio de los huevos naturales por unos artificiales, para interrumpir el período de encubación, cuyos resultados fueron destacados por el médico veterinario y funcionario de la Secretaría municipal de Ambiente, Osvaldo Gil.
"En el Palomar estamos reemplazando unos 250 huevos mensuales, es increíble cómo se adaptaron. Hacemos el reemplazo para que las palomas no vuelvan a poner huevos en unos cuatro a cinco días", explicó en diálogo con Primera Mañana por LT9.
Además, el funcionario señaló que "el control de las palomas urbanas es todo nuevo", al tiempo que aseguró que "lo primero que habría que hacer es no alimentarlas". "Las palomas no se van a morir sino que se van a ir a otro lugar a buscar alimentos", afirmó.
En tanto, para combatir a estas aves en los balcones o espacios abiertos de edificios, la recomendación es "ir rotando todos los sistemas", es decir "si se pone un cuervo de plástico por un tiempo después se lo puede cambiar por botellas, todo lo que tenga movimiento que pueda ahuyentarlas".
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