Tamara San Lorenzo, alias "La Gringa Jara", una joven de 23 años que se encuentra detenida desde hace septiembre luego de haber permaneceido prófuga durante 8 meses, sigue causando problemas. Ahora ya no en la calle, sino en la cárcel.
Esta semana se dispuso que La Gringa Jara ya no podía permanecer en la Alcaidía de Rafaela, donde estaba alojada. Luego de un reclamo conjunto de los jueces penales para que la Alcaidía se "descomprima" de la superpoblación que tiene, con oportunidades en que hay el doble de la cantidad de internos aceptada como máximo, hubo órdenes de traslados.
Se caía de maduro que Tamara era candidata a salir hacia otro penal. Está acusada de integrar una asociación ilícita liderada por el narcotraficante Evelio "Yiyo" Ramallo desde la cárcel. Para los fiscales, San Lorenzo es una de las cuatro mujeres consideradas "organizadoras" de la asociación ilícita, junto a la madre, la hermana y la última pareja de Ramallo. Además, también la señalan como coautora de doble homicidio calificado por el uso de arma de fuego, por mediar pago en dinero y por premeditación, en el caso de las muertes violentas de Miguel "Mosquito" Mendoza y Marcelo Sánchez.
En caso de probar su participación en estos delitos, y evidencias se recolectaron muchas, la "gerenta logística" de la banda de Ramallo --encargada de recibir sicarios rosarinos, "aguantarlos" en distintos domicilios, conseguirles vehículos, armas y gestionarles los pagos, además de proveerles datos de inteligencia sobre sus víctimas-, la "Gringa Jara" estará todavía mucho tiempo tras las rejas.
Con esos datos, la continuidad de su preventiva en la Alcaidía de Rafaela, cerca de sus familiares y allegados, era casi una "gentileza". Así, le llegó la hora del traslado a un complejo penitenciario de Rosario. Siendo vísperas de las Fiestas, a Tamara la novedad le cayó mal. Precipitó una crisis nerviosa y salió a relucir su violencia: golpeó a una mujer policía que colaboraba en el intento de subirla a un móvil del Servicio Penitenciario y, finalmente, terminó herida ella misma: según la versión oficial, con lesiones que se "autoinfligió".