El jefe de seguridad del boliche Le Brique, Alejandro Muñoz declaró este miércoles en la tercera jornada del juicio por el asesinato de Fernando Báez Sosa y sostuvo que en sus 20 años de profesión no vio "nada igual, era saña".
"Hace veinte que trabajo de esto y nunca vi nada igual, todo patadas", expresó Muñoz en su declaración durante la cual no pudo contener el llanto y aseguró que después de lo vivido pasó "cuatro días sin dormir".
Además, relató que a pesar de su porte -2,03 metros- le costó sacar a Máximo Thomsen del boliche luego del cruce que él y su grupo tuvieron adentro del lugar con Fernando Báez Sosa.
Tuvo que sacarlo junto con otro compañero por una puerta lateral, "la de la cocina", y dio aviso a la Policía en la puerta por el estado violento en el que estaba el joven deportista.
Muñoz relató que al instante lo llamaron y salió a la puerta, y ahí vio "cómo se turnaban" los rugbiers para pegarle sobre todo "patadas". Incluso relató que después que le dieron la primera, "Fernando no se levantó más".