El 10 de enero de 1973 la ciudad de San Justo fue epicentro de la catástrofe meteorológica más potente que sufrió Argentina en toda su historia, y el más fuerte registrado en todo el hemisferio sur.

En este marco, al cumplirse 50 años de trágico hecho que se llevó la vida de más de 60 personas, cuando la localidad del centro provincial tenía unos 12.habitantes, es que se realizarán una serie de actividades para rememorar a las víctimas y a los voluntarios que prestaron servicio en aquellos fatídicos días. 

Durante la mañana de este martes se colocará una ofrenda floral en el cementerio local; luego se presentará la muestra permanente “Y San Justo resurgió...” en el Museo Rosa de Piva.

Y esta noche, desde las 20,30, se realizará el acto conmemorativo en el monumento de Bv. Roque Saenz Peña y 1 de Mayo.

En tanto, para este miércoles a las 20.30 en los Patios de la Casa de la Cultura se presentará el libro "Viento Asesino, 50 años de un cruel crimen de la naturaleza" del autor Diego Lisandro Sonzogni.

Según las crónicas de la época, el inesperado tornado de características F5 arrasó con un sector de San Justo en solo dos minutos y dejó como saldo 80 fallecidos, 684 heridos, 1800 damnificados y 500 casas arrasadas. 

"La destrucción material fue en un área definida como un rectángulo irregular de la franja oeste, pegado al curso de la Ruta 11. Todo este sector quedó prácticamente dominada por los escombros. En ese contexto, lo primero fue tratar de coordinar el envío de heridos a Santa Fe, Rosario, Esperanza, Vera, Reconquista y toda la zona de influencia del departamento San Justo", relató el periodista de División Noticias de LT9, Mariano Colombo. 

Respecto a las características del fenómeno, Colombo indicó: "Fue catalogado por la reconocida meteoróloga  María Luisa Altinger como F5, la mayor intensidad para un tornado registrada en todo Sudamérica. Por eso, para una población de 12.000 habitantes encontrarse con semejante cuadro fue un desafío muy grande. Las comunicaciones fueron uno de los factores que marcó el desafío en un primer momento de la emergencia". 

En este marco, el trabajo de un radioaficionado fue clave para la coordinación del traslado de los heridos, para acercar familiares y allegados que se encontraban en distintos puntos de la provincia y el país, y para compartir información. Su nombre era José Barreto, y Mariano Colombo desarrolló su historia en esta nota.

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