Ambientalistas tildaron de "masacre" lo ocurrido con los sábalos del río Salado y pidieron medidas al Gobierno para afrontar la contaminación del afluente. 

Los adherentes a la iniciativa Ríos Limpios enviaron pedidos formales al Gobernador y al Defensor del Pueblo para que se tomen una serie de decisiones tendientes a bajar los niveles de toxicidad en las aguas del afluente.

Fue luego del estudio que realizaron investigadores del Conicet y la UNL, cuya conclusión encendió las alarmas: el trabajo indica que los sábalos que habitan el tramo inferior del río Salado registraron las concentraciones más altas a nivel mundial de nueve biocidas  (insecticidas, herbicidas y fungicidas) de uso masivo en cultivos transgénicos, principalmente de soja, maíz y algodón. 

Con este material, desde Ríos Limpios señalan que "esta amplia cuenca, recibe contaminantes provenientes de diversas localidades que vierten sus cloacas con escaso o nulo tratamiento, industrias, agricultura, lechería y ganadería en gral entre otros, que afectan sumamente la calidad del agua y a todas las especies que allí habitan". 

"Según uno de los últimos estudios e investigaciones elaboradas por especialistas de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), realizados en la cuenca baja del río Salado, el índice de calidad del agua mostró una calidad marginal para todos los sitios, influenciado principalmente por bajos niveles de oxígeno provocado por los altos niveles de sólidos suspendidos totales, fosfato, nitrito, conductividad, Plomo, Cromo y Cobre", destacan en el texto.

Y agregan: "Las concentraciones de metales fueron más altas en los sedimentos que en las muestras de agua (3̃4-35000 veces). En total, se detectaron treinta plaguicidas diferentes en todas las muestras de agua y sedimento, el arroyo Cululú presentó la mayor variedad (26). Se detectaron glifosato y aminofosfonato ácido aminometilfosfónico (AMPA) en los sedimentos de todos los sitios, siendo más altos en la ciudad de Esperanza". 

Además, indican que "otro gran problema" es que los ejemplares que se pescan en las aguas del Salado son consumidos por la población local y otro porcentaje se exporta; "todos peces altamente contaminados con grandes riesgos para la salud pública". 

Por último, el grupo de ambientalistas invitan a todos los interesados a participar el sábado 25 de febrero de una "nueva limpieza del Salado para sacar todo lo visible. Todo lo que uno se imagina que pueda llevar el agua lo encontrás y lo que no te imaginás también". 

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