La Dirección General de Aduanas (DGA) detectó durante el 2023, 3.376 casos de subfacturación de exportaciones, por una diferencia total constatada de US$ 73.921.273,61.
Se trata de exportaciones de carne, porotos, medicamentos, azúcar, grasas, aceites, harina de carne, huesos, pieles, cueros, ajos, cebollas, aceitunas, sorgo, harina de pellet, químicos, aparatos mecánicos, pesca, merluza y expellers de soja.
De acuerdo con los resultados de los análisis de riesgo llevados adelante por la DGA en 2023, las operaciones habían sido declaradas en US$ 227.411.185,46, lo que significa que “cerca de 1 de cada 4 dólares de las maniobras estudiadas no ingresó a la Argentina en forma debida”, precisaron.
La mayor irregularidad fue verificada en el rubro grasas y aceites, que declaró 357 operaciones por un valor de US$ 20.359.934,05, mostrando luego del análisis de bases de datos y cruces de información con otras aduanas del mundo, "una subfacturación del 44 por ciento".
Según informó el organismo que dirige Guillermo Michel, se constató en el rubro grasas y aceites una diferencia de US$ 16.185.128,74 que no fue registrada debidamente en las exportaciones".
En términos porcentuales, la mayor falta corresponde al rubro comprendido por productos químicos y aparatos mecánicos que, habiendo registrado 70 operaciones por un valor de US$ 3.565.752,80, obvió reconocer la facturación de US$ 12.086.277,71.
Las operaciones involucraron “patrones de comportamiento que se replican de un operador a otro y que incluyen prácticas no deseadas como las triangulaciones nocivas y las ventas sucesivas fraudulentas”, indicaron desde la Aduana.
Asimismo, precisaron que “las operaciones tienden a la utilización de un único (o principal) cliente, con el objeto de simular una compraventa internacional triangulada para así justificar la sustancial diferencia entre los precios registrados en la Argentina y en los países de destino de las mercaderías —la maniobra indebida resulta en una liquidación de divisas considerablemente menor”.
En base a estos perfiles e indicadores, la Dirección General de Aduanas ha diseñado una matriz de riesgo que le permite detectar operaciones irregulares, lo que se ha traducido en numerosas denuncias contenciosas —es decir, radicadas en sede administrativa— e incluso, penales —en el ámbito judicial.