El 18 de febrero de 2017, un micro de la empresa TurBus se dirigía con 46 personas desde Argentina hacia Chile.
En la ruta 7 -más precisamente en la peligrosa Curva del Yeso, pasando la aduana de Horcones en Mendoza- el transporte perdió el control, volcó y causó la muerte de 19 personas e hirió a otras 25 que iban a bordo.
Un año más tarde, la justicia declaró culpable a Francisco Javier Sanhueza, chileno, de 31 años, quien conducía al bus, condenándolo a 20 años de prisión tras estar acusado del delito de homicidio simple con dolo eventual y de lesiones gravísimas, graves y leves, por lo que la fiscal Paula Quiroga y Martín Sevilla -abogado querellante de las víctimas y los familiares- habían solicitado 25 años de cárcel.