"De un día para el otro, no sé si bien explicar bien los tiempos, pero no pude levantar más mi brazo porque me dolía mucho y ahí empezó todo. Trabajo en salud y pude tener acceso rápido a los médicos que me fueron guiando, pidiéndome el primer turno al mastólogo".

Así empezó a contar Cecilia Gramajo el largo y sinuoso camino que se recorre desde los momentos previos a la detección propiamente dicha del cancer de mama, hasta la recuperación y el tremendo impacto emocional que representa.

"En el momento que me dieron el diagnóstico, sinceramente, no me chocó porque es como que yo me lo venía a venir. Entonces, lo que dije es: le doy batalla, tengo posibilidades de curarme", cuenta Cecilia. Ella eligió el camino de aferrarse a la vida y a la convicción de que iba a curarse y se apoyó en la Fe para encarar el proceso.

Cecilia tenía 24 años cuando la diagnosticaron, "un 13 de mayo fue y el 28 ya empecé con mi primera quimio". La primera decisión es la elección de médico, Cecilia se refiere al Dr David Schoffen, como "mi héroe", e insiste en el acompañamiento y la guía para llevar adelante la parte médica y la humana.

"Yo no quería cortar mi vida, básicamente, porque sabía que me iba a curar"

En esta frase resume Cecilia, como se enfrentó a las sucesivas quimios - "Me hice 8 quimios cada 21 días"- y sus efectos, entre ellos, la caída del pelo - "a los 15 días de la primera quimio no tenía más pelo"-. Fueron 8 meses los que transitó Cecilia, alimentándose bien para morigerar las nauseas, y después, a las dos semana, "vino la cirugía: una mastectomía completa... y después 30 sesiones de rayos, y luego empecé con pastillas, 5 años más o menos".

Aquí la historia de Cecilia toma otro camino porque quedó embarazada: "sé que fue el resultado de toda mi lucha, porque es algo que no lo podía creer". Cabe consignar que estos tratamientos pueden causar menopausia precoz. "No tuve más miedo porque, confié siempre en mi médico. Transité mi embarazo re bien y tengo un niño de cinco años que le puede dar la teta también. Eso fue algo maravilloso. Qué increíble. Con una sola glándula mamaria, Lolo aumentaba un kilo por mes", y la emoción de Cecilia no se puede definir en palabras.

Cecilia marca el camino transitado con metas. Curarse, amamantar...y sostiene sin vergüenza: "Todo es mérito mío. Eso es importantísimo lo que decís, porque muchas veces uno tiene que también, al margen de lidiar con la enfermedad, lidiar con como que te tratan", dijo en referencia a las transformaciones que también se producen en la familia.

"La superación era mía día a día", es otra de las claves de Cecilia para atravesar el difícil proceso desde el diagnóstico hasta la recuperación, con reconstrucción mamaria incluida, "un camino larguísimo", describe y aconseja: " escuchen a su cuerpo".

La historia de Cecilia Gramajo se hace relevante al ser contada y nos remite a la necesariedad de reiterar  los consejos de prevención: "autoexplorarse es fundamental para que el diagnóstico sea temprano también", resume Cecilia

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