Los ministros de Exteriores de la OTAN se reúnen este martes en una cita marcada por el empeoramiento de la situación en Ucrania frente a la ofensiva militar rusa y la incertidumbre ante los planes del nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, después de hacer bandera de que contactará con su homólogo ruso, Vladimir Putin, para poner fin conflicto.
Es por ello que los aliados se reunirán con el ministro de Exteriores ucraniano, Andri Sybiha, en una cena informal para abordar los últimos acontecimientos en la guerra con la escalada rusa y la participación de tropas norcoreanas, cita en la que participará también la flamante representante de la UE para Política Exterior, Kaja Kallas.
En los cuarteles generales de la OTAN admiten preocupación por la situación en Ucrania, donde Rusia ha tomado la iniciativa y empieza a verse más cercano que Kiev pueda sentarse a negociar un cese de las hostilidades, toda vez el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, habla de 2025 como el año para lograr la paz.
Negociaciones por la paz
En todo caso, queda por ver cómo se pone en marcha unas negociaciones con una base justa para Ucrania, explican fuentes aliadas, que señalan que la OTAN reforzará su apoyo militar a Ucrania y debe dejar claro que el Kremlin no puede consolidar los territorios ocupados, ni incorporarlos legalmente a la Federación rusa, al mismo tiempo que se abren a cierta flexibilidad para encontrar una fórmula de paz.
Dentro de la organización militar se insiste en que toda negociación debe tener en cuenta los parámetros ucranianos, sentar a los europeos en la mesa de negociación y, de ninguna forma, el resultado puede legitimar la agresión ordenada por Putin en 2022.
Más allá eso, el guion sobre Ucrania parece determinado por los planes que proponga Trump cuando pise el Despacho Oval en enero.
Pese a que Zelenski fija la adhesión de Ucrania a la OTAN como una de las premisas para empezar a negociar con Rusia, todas las fuentes consultadas admiten que la entrada de Kiev a la alianza está lejos de la unanimidad necesaria y muchos aliados consideran que no es el momento adecuado, empezando por Washington.
Dudas por el apoyo de EE UU
Ante la preocupación por el devenir en el campo de batalla y el futuro de formatos de asistencia a Kiev como el grupo de Ramstein, los miembros de la OTAN siguen con su plan de mantener alto el apoyo a Ucrania e incrementarlo en lo posible, aunque, en este campo también tendrán gran impacto las primeras decisiones que tome Trump cuando llegue a la Casa Blanca.
Aunque dudan de que Washington vaya a dar un paso atrás en el suministro de armas a Kiev, algunas voces admiten que Europa tendría que elevar su compromiso militar, que actualmente se sitúa en unos 20.000 millones al año, y que según apuntó el hasta este mismo domingo jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, "nadie sabe" si la UE será capaz de suplir a Estados Unidos si corta drásticamente la ayuda militar a Kiev. (EP)