El Tribunal Supremo de Brasil aceptó la denuncia por corrupción en contra del senador Aécio Neves, quien disputó las elecciones presidenciales en 2014 y fue derrotado por un reducido margen por la expresidenta Dilma Rousseff.
Neves fue juzgado por la primera sala de la Suprema Corte de Brasil y los cinco jueces que la componen votaron a favor de aceptar la acusación en su contra. Cuatro de los cinco magistrados también decidieron procesarlo por el delito de obstrucción de la justicia.
La Procuraduría General brasileña acusa a Neves de haber recibido dos millones de reales (unos 580.000 dólares) en sobornos del empresario Joesley Batista, dueño del imperio cárnico JBS.
El empresario Batista grabó un encuentro que tuvo con Neves en el que el político le pide dinero para defenderse de las acusaciones de corrupción. Batista entregó la grabación a las autoridades como parte de un acuerdo de colaboración.
La policía también grabó a un directivo del grupo empresarial de Batista entregándole dinero a un primo de Neves.
El senador afirma que fue blanco de una trampa y sus abogados argumentan que las evidencias en contra del político fueron obtenidas de manera ilegal.
Aécio Neves, quien ya fue el principal líder de la oposición al Partido de los Trabajadores de los expresidentes Luiz Inácio Lula da Silva y Rousseff, se enfrenta a otras ocho investigaciones por corrupción.
A los 58 años, Neves es miembro de una de las más tradicionales familias de políticos de Brasil. Su abuelo, Tancredo Neves, fue elegido por los parlamentarios el primer presidente después del fin de la dictadura militar (1964-85), pero falleció pocos días antes de inaugurar su mandato.