Al menos 68 personas murieron y 47 resultaron heridas en un bombardeo estadounidense que golpeó una prisión donde se retenía a migrantes africanos, según afirmaron el lunes rebeldes hutíes en Yemen. El Ejército estadounidense no hizo comentarios en un primer momento.
El ataque en la gobernación de Saada en Yemen, un bastión de los hutíes, es el último incidente en la guerra de una década del país que mata a migrantes africanos de Etiopía y otras naciones que se arriesgan a cruzar la nación para tener la oportunidad de trabajar en la vecina Arabia Saudí.
También es probable que renueve las preguntas de los activistas sobre la campaña estadounidense, conocida como “Operación Roughrider”, que ha golpeado a los rebeldes mientras el gobierno Trump negocia con su principal benefactor, Irán, sobre el programa nuclear de Teherán que avanza rápidamente.
Antes de que se conociera la noticia sobre el presunto ataque, el Comando Central del Ejército de Estados Unidos intentó defender en un comunicado temprano el lunes su política de no ofrecer detalles específicos de su extensa campaña de ataques aéreos.
La operación ha generado controversia en Estados Unidos debido a que el secretario de Defensa, Pete Hegseth, utilizó la aplicación de mensajería Signal, un medio de comunicación no protegido, para publicar detalles sensibles sobre los ataques.
“Para preservar la seguridad operativa, hemos limitado intencionalmente la divulgación de detalles de nuestras operaciones en curso o futuras”, destacó el Comando Central. “Somos muy deliberados en nuestro enfoque operativo, pero no revelaremos detalles sobre lo que hemos hecho o lo que haremos”.
El Ejército no respondió de inmediato a las preguntas de Associated Press sobre el presunto ataque en Saada. ()AP)